domingo, 20 de diciembre de 2009

Coherencia por favor

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En estos momentos me encuentro un poco desconcertada. Es cierto que el mundo está lleno de contradicciones, sí en eso estamos de acuerdo, pero cuando hablamos de palabras mayores las contradicciones a veces son intolerables, o al menos deberían serlo, cosa que no sucede.

Seamos claros, tengo dieciséis años, ahora mismo no puedo comprar ni consumir alcohol pero puedo acudir a una clínica para abortar, legalmente tampoco puedo ser condenada porque soy menor y sin embargo me considero plenamente consciente y responsable de mis actos -vamos que si mato a alguien ya os digo yo que no habría diferencia de hacerlo dentro de dos años con los dieciocho ya cumplidos-. Tampoco puedo comprar tabaco pero sí puedo ir a una farmacia y adquirir sin mayor dificultad un anticonceptivo o ir a un centro a que me suministren la píldora del día después. Necesito la autorización de mis padres para sacarme el carné de la biblioteca pero puedo abortar tranquilamente sin que ellos se enteren. En fin, da gusto esto, ¿no?.

¿Es que acaso soy mayor para unas cosas y pequeña para otras? En efecto hay aspectos en los que sí, ¿pero de verdad puede haber diferencias tan trascendentales entre unas cosas y otras?. Es absurdo imponer leyes para cosas que al lado de lo que está permitido resultan banalidades de tal calibre que resultan incluso ridículas.Hay muchas cosas que no entiendo y creo que seguiré sin entender durante mucho tiempo. No entiendo por qué falta tantísima coherencia en estos días, no entiendo por qué tengo que escribir esto para que, con un poco de suerte, alguien lo lea y reaccione, para que alguien diga al leerlo "pues es verdad que esta niñata tiene algo de razón y no son solo tonterías lo que escribe". Ojalá sea verdad porque a este paso va a llegar un día en que realmente yo misma me crea todas estas incoherencias e incluso me parezcan lo más normal de mundo, por favor pido que no sea así.

Ya es definitivo: El mundo se ha vuelto loco.





Moon


Alineación a la derecha

domingo, 13 de diciembre de 2009

Magia

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Un sentimiento muy especial invade mi interior estos días al pasear por Madrid. Hace frío, mucho frío, eso es verdad, sin embrago y por alguna extraña razón que todavía desconozco me encanta. Sí es cierto, me encanta salir a la calle con bufanda y guantes e incluso el frío no supone ningún problema a la hora de coger mi abrigo y salir a disfrutar del ambiente navideño. Sí, por fin volvemos a ver la Castellana llena de árboles de Navidad con luces de todos los colores, o los escaparates de las tiendas con adornos dorados y brillantes, ha llegado la hora de desenpolvar el Belén y colocarlo junto al árbol en el salón de casa.

No sé muy bien por qué pero creo que ya he empezado a sentirme mejor solo por el hecho de que se acerque el día 25, ni siquiera puedo evitar sonreír al mirar las luces navideñas que decoran mi querida Madrid desde el asiento trasero de mi coche, ni tampoco puedo dejar de sentirme bien sin excusa aparente, creo que en breves voy a contagiarme del efecto villancico, y es probable que estas fechas me hagan plantearme una vez más lo afortunada que soy al poder pasarlas con los que más quiero. Sí en efecto, es verdad que algo raro está pasando. En realidad podéis llamarlo como queráis, unos dirán que es mera tontería, otros tal vez felicidad, desde luego muy mal encaminados no van.



Como os decía podéis llamarlo como queráis; yo prefiero llamarlo magia. La echaba de menos...

¡Ya es Navidad!

Moon



domingo, 29 de noviembre de 2009

El grito silenciado

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Miles de kilómetros separan la insólita historia que me dispongo a contaros de la mesa de mi ordenador. Y aunque estas inútiles letras probablemente se queden en nada y apenas sean leídas, algo en mi interior me obliga a escribirlas.

No os podéis imaginar lo difícil que ha sido ponerme a estudiar tras leer la desgarradora historia que hoy traía El crónica. Más bien imposible, no podía dejar de pensar en la pobre niña que en estos mismo instantes se encuentra secuestrada en el barco Ariana, el cual coincidió con los marineros españoles durante su secuestro. Han sido ellos mismos los que han relatado su espeluznante historia; secuestrada desde el pasado Mayo, una niña de 11 años sufre, junto a su madre y la cocinera del barco, constantes atrocidades e inimaginables calamidades, pues solo Dios sabe todo lo que han pasado durante nueve meses de cautiverio en manos de semejantes sinvergüenzas. Nuestros marineros han tenido la desgraciada oportunidad de acercarse al mismo infierno del que esa pobre niña es protagonista día a día, y por eso lo han denunciado. El propio capitán del Alakrana no podía dejar de pensar en esas pobres mujeres a quienes su propio gobierno - son ucranianas pero el caso lo están llevando los rusos- ha dado de lado. Los piratas habían ofrecido la posibilidad de soltar a las mujeres con los españoles si recibían la denigrante suma de 30.000 dólares -lo que vienen a ser menos de cinco millones de las antiguas pesetas-, una ganga comparado con el calvario que han sufrido -y que siguen sufriendo mientras no se hace nada-, y la porquería que significa dicha cantidad para un gobierno como el ruso. Lo peor de todo no es el desprecio del gobierno hacia el caso, sino la actitud del capitán del Ariana, quien se opuso rotundamente al rescate de las mujeres, a sabiendas de que sin ellas en el barco su rescate sería completamente olvidado y su muerte inminente.

Todavía no dejo de pensar en esa pobre e inocente niña, y en las mujeres que la acompañan. Han sido muchos los pensamientos que han recorrido mi mente tras leer la noticia. Quién sabe qué será de ellas, si algún día podrán poner fin a su suplicio.




En estos momentos una gran impotencia invade mi interior por no poder hacer nada por ellas y por toda la gente que es víctima de tantas y tantas injusticias en el mundo. Y mejor no os digo lo que siento por todas esas personas que pueden hacer tanto y no lo hacen, todas las que pueden cambiar la suerte de gente inocente y ni siquiera mueven uno de sus sucios dedos para acabar con tan horribles historias. Lo que no dejo de preguntarme, es cómo pueden coger el sueño todas las noches. Mientras tanto lo único que está en mi mano es rezar por todas esas personas para que algún día, ojalá no muy lejano, consigan esa libertad tan anhelada.

Moon

PD: Muchas veces es por falta de inspiración, otras en cambio por pereza, sin embargo me he dado cuenta que mi indignación por noticias como ésta son las que más fuerza me dan para escribir y denunciar las injusticias que ocurren en el mundo. He de reconocer que mi intención, al empezar el blog no era ni mucho menos ésta, pues simplemente me servía de él como una válvula de escape, ni mucho menos pretendía hablar de cosas desagradables, por eso pido perdón desde aquí porque sé que no resulta del todo agradable leer este tipo de cosas, aunque no por ello dejaré de escribirlas cuando lo crea necesario. Sin más que decir y con el corazón en un puño os dejo. Gracias por leer.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Studying

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Parece que en época de exámenes todo nos agobia sobremanera, no importa el más mínimo detalle que se incluya en nuestro apretado horario, las horas parecen no dar más de sí y por mucho que las estires estudiando sin parar el día se pasa volando sin dejar siquiera la más mínima señal de una tarde, al menos, algo productiva. Y es que hay veces en que el propio estrés aparece en momentos aparentemente tranquilos. Sí, es verdad que parece un poco contradictorio, sin embargo no tiene una pizca de absurdo. Aquí me tenéis, a dos semanas de los exámenes globales, estoy segura de que muchos de mis compañeros, por no decir la mayoría, ni siquiera han empezado a estudiar, algunos incluso puede que nunca lo hagan. También los habrá que se zampen el libro en los cuatro días del puente, desde luego, como les cunda igual que a mí en la última semana, lo llevan claro. Y luego estamos los demás, que ante la impresión de ser los primeros globales de Bachillerato, intentamos estudiar más o menos "al día", cosa que muchas veces no se consigue y no precisamente por falta constancia. Es la primera vez que me preparo para un examen con tanta antelación y hasta ahora me ha ido bastante bien. No entiendo por qué tanta inseguridad y tanto estrés.





Menos mal que por lo menos puedo venir aquí y desahogarme a gusto. De momento no tengo nada demasiado interesante que contar, como os digo, los exámenes exprimen hasta el último de mis suspiros. Mañana, durante unas cuantas horas me olvidaré por completo de todo este agetreo de vida, me voy a la Universidad Francisco de Vitoria, y aunque no tengo la más mínima intención de estudiar allí, ¿por qué no irse acercando un poco al ambiente universitario?



Moon


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Barco español sin bandera española

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Por fin, ya están sanos y salvos, el rescate del Alakrana no ha podido ser más complicado pero al final no hemos tenido que llorar ningún triste desenlace. Supongo que ahora, sabiendo que las vidas de esos pescadores no corren peligro podemos discutir algunos puntos, en mi opinión bastante importantes, para que no se vuelva a repetir tan desafortunado episodio.

Pues bien, el lugar donde se encontraba el barco al ser secuestrado no entraba dentro de las cotas que hasta ahora permite la Ley Marítima para pescar, o lo que es lo mismo, la responsabilidad es suya por hacerlo donde no deben, y ni siquiera llevaban bandera alguna que les permitiera identificarse en alta mar. Por supuesto no dudaron en decir que eran españoles al ser secuestrados, aunque no llevaban la bandera española; pero claro, alguien tendría que pagar su rescate.

Con esto no pretendo culpar a los pobres marineros que han pasa
do cuarenta angustiosos días encerrados en un barco con piratas a punta de pistola, y tampoco pretendo meterme con la actuación que ha tenido el Gobierno en el caso, por otra parte también discutible. Sin embargo llamemos a las cosas por su nombre, y que les quede claro a todos los vascos independentistas -a los cuales respeto profundamente-, que si no se consideran lo suficientemente españoles para poner una bandera en sus barcos, que tampoco pretendan que luego los rescates salgan de las arcas de todos sus no-compatriotas. Porque que yo sepa, ninguno ha puesto inconveniente alguno en que eso sucediera. Ni se ha cometido ningún atentado durante el transcurso del secuestro, ya saben casualidades de la vida, que el terrorismo quisiera una tregua al mismo tiempo que nosotros pagábamos.

Conste que soy la primera que me pongo en la piel de sus familias y soy yo misma la que pido un rescate, por alto que sea, por el hecho de salvar esas vidas. Ahora bien, por favor, que esto nos sirva de ejemplo y nos dejemos de contemplaciones de una vez.

Acabó la tregua.





Moon.



lunes, 26 de octubre de 2009

I still haven't found what I'm looking for

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Estos últimos días parece que el único que puede comprender realmente lo que siento es Bono. O al menos acercarse, porque ultimamente siento cosas que no había sentido nunca y la verdad, confío en madurar y quedarme solo con todo aquello de lo que me pueda enriquecer de las asperezas de la vida.

http://www.youtube.com/watch?v=2fBj2wsimvQ


Señores no es el fin del mundo. Y menos mal que no hay mal que por bien no venga, he aquí una buena noticia, vuelvo a escribir -bueno vale, más bien a aprender a escribir-. Al menos, algo es algo. Así que lamento comunicarles que a partir de ahora, si por alguna extraña razón deciden leerme, actualizaré todo lo que mi tiempo disponible me permita e intentaré que sea más de lo que ha sido hasta el momento.

Ahora ya sí, bienvenidos de nuevo.


Moon

viernes, 25 de septiembre de 2009

Home

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Para mi enorme sorpresa estos días he encajado bastante bien la vuelta a la rutina. Sobre todo si se tiene en cuenta toda la presión con la que nos están bombardeando estos últimos días con los líos de medias y demás exámenes. Sin embargo no puedo explicar lo rápido que han pasado estas dos semanas, de hecho ésa es una de las causas por las que no he escrito antes en el blog, los días han pasado como si de un obús se tratase. El caso es que estoy contenta de ir a clase, por qué negarlo si es verdad. Y eso que ha habido bastantes cambios del curso pasado al anterior, nuevos horarios y adiós uniforme, nuevos preofesores y retos por cumplir, han cambiado tantas cosas... ah se me olvidaba sí, que ahora entro a las 8 en vez de a las 9, detalle que por cierto es lo que peor llevo de todo.

Puedo decir que me gusta la rutina porque todo ha vuelto a ser como siempre. Otra vez vuelven los aperitivos de los domingos y las salidas de los viernes, vuelve ésa vidilla tan especial del fútbol y los ejecutivos agresivos de las oficinas de la calle Orense. De nuevo el día a día, ése vecino tan guapo al que ves todos los días o el portero cotilla de la casa de al lado que siempre consigue sacarte más de una sonrisa. Otra vez la misma gente, algunos conocidos y otros que simplemente conoces de vista pero te gusta que todo haya vuelto a su sitio. Yo al menos me siento bien, porque nada ha cambiado, o quizás sea que todos hemos cambiado este verano y por eso yo no puedo notarlo.

¿Será verdad que nada ha cambiado? Puede ser. No sé cuánto tiempo más durara esta rara sintonía con la rutina, hasta que eso ocurra rezaré para que no cambie nada en absoluto.


Moon


lunes, 14 de septiembre de 2009

One more time

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Adios a la niña bonita. Hoy es mi 16º cumpleaños.


Moon

jueves, 27 de agosto de 2009

Volvemos a la carga

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Tras un verano de los quince probablemente inmejorable, vuelvo con las pilas cargadas hasta arriba para revivir este pequeño rinconcito dejado de la mano de Dios durante demasiado tiempo. En estos dos meses me ha dado tiempo a hacer practicamente de todo, me he divertido y relajado, he viajado a sitios desconocidos y he conocido gente nueva. Y aquí estoy, de nuevo, con más ganas que nunca de empezar otro curso más y por supuesto de sacar a flote mi querido blog. Quisiera poder decir que a partir de ahora más y mejor, prefiero no adelantar acontecimientos, mejor juzguen ustedes mismos.




Bienvenidos de nuevo.


Moon



martes, 28 de julio de 2009

Happiness

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Ya os lo he dicho muchas veces, para mí la auténtica felicidad reside en los pequeños detalles de la vida. Qué más puedo deciros, ésa es la única clave para ser felices. Y es verdad que siempre estamos pendientes de todo aquello que nos falta en luegar de alegrarnos por todo lo demás, yo la primera. Sin embargo durante estos días estoy experimentando una sensación nueva, yo diría maravillosa, que antes no había sentido. Me he dado cuenta de lo realmente feliz que soy sin siquiera haber conseguido todo lo que quiero todavía. No sé vosotros, pero por lo menos a mí el verano me hace ver todo de forma distinta. Quién lo diría, estoy todo el día de arriba a abajo y sin embargo es cuando más tiempo tengo para pensar sobre las cosas. Veo todo de forma distinta, voy sonriendo a todo el mundo incluso más de lo normal, quito importancia a cosas que normalmente me preocupan más y salgo con una alegría especial a la calle apesar de la bocanada de calor que recibo nada más abrir el portal.

Puede resulta absurdo porque todos nos sentimos así muchas veces pero hoy he querido venir aquí y gritarlo a los cuatro vientos. Porque simplemente soy feliz y hoy más que nunca. Y en medio de esta enorme euforía pienso en lo feliz que seré el día que te encuentre y entonces vuelvo a ser feliz. Creo que estoy empezando una nueva etapa, ¿estaré madurando? ¿Quién sabe? Ahora no puedo pensarlo, estoy demasiado ocupada en sonreír.


No quiero ni pensar en todo lo que queda...





Moon

miércoles, 22 de julio de 2009

Delincuentes juveniles

No os voy a engañar, la verdad es que no me gusta nada enturbiar el blog comentando noticias como ésta. Sin embargo no me gustaría que casos como estos quedaran impunes en manos de la justicia, como probablemente acabará pasando; y si no tiempo al tiempo. Es cierto que a la hora de plantearse una reforma de carácter constitucional es importante barajar las diferentes opciones en frío y no cuando se producen casos más sensibles a la opinión pública. Sin embargo resulta imposible no ponerse a refolexionar cuando estos suceden.

Ahora se habla de rebajar la edad penal, es decir, que todos los pequeños delincuentes que protagonizan actos violentos como los anteriormente citados asuman las posteriores consecuencias de sus actos delictivos. Actualmente dicho límite está fijado en los 18 años de edad, sin embargo nuestra ley sí permite la imputabilidad a partir de los 14 años, pudiendo ser juzgados e internados en centros de menores hasta cumplir la mayoría de edad y, según el delito cometido, continuar su condena en prisión. Las preguntas son siempre las mismas. ¿Debería reducirse la edad penal para que jóvenes asesinos pudieran ir a la cárcel? ¿Qué pasa con los delincuentes menores de 14 años? Supongo que todos estamos de acuerdo al decir que un niño de 13 años es lo suficientemente maduro como para saber distinguir la barrera entre el bien el mal, o lo que es ilícito y lo que no. En momento en que una persona, en este caso un niño, conoce perfectamente donde se encuentra ese límite y aún así decide saltarlo, plenamente consciente de sus actos, debe responder ante las consecuencias de todos sus actos. Por tanto, y si se tienen en cuenta todos los aspectos anteriores creo firmemente que sí se debería reducir dicha edad penal. Incluso creo que si dicha ley no variase podrían sucederse muchos más casos de este tipo, ya que al no existir castigo alguno para estos delincuentes infantiles, la mayoría actuaría a sabiendas del amparo que la ley les ofrece. Al mismo tiempo también pienso que se debería reducir no solo la edad penal, sino también la imputabilidad que ahora mismo defiende a cuatro pequeños sin escrúpulos que andan libres por la calle.

Hasta aquí bien. Pero también debemos plantearnos cuáles son las causas del comportamiento de estos pequeños monstruitos que se han convertido en protagonistas de actuaciones violentas. Un comportamiento totalmente impropio a edades tan tempranas. Desde luego a un niño normal a los 12 años lo último que se le puede pasar por la cabeza es asesinar o violar a alguien. Antes esto resultaba completamente inverosímil, desgraciadamente ahora ha ganado credibilidad. Sin duda alguna estamos ante un fracaso total del sistema educativo que se ha llevado a cabo en esos crios. ¿Entonces también son necesarias reformas en el ámbito educativo? ¿Es culpa de los padres? ¿Son ellos los que deben responder ante la violencia de sus hijos? Demasiadas preguntas con difícil respuesta.

Muchas veces, cuando me entero de noticias tan sumamente tristes como estas una profunda pena invade mi interior. Sin embargo no vale de nada llevarse las manos a la cabeza y pegar cuatro gritos si no se hace nada para evitar que estos hechos puedan repetirse. Digo lo mismo de siempre, no vale de nada hablar si no se actúa para conseguirlo. Me encantaría que estas cosas no sucedieran y así no tuviera que comentarlas, hasta el momento en que eso suceda seguiré alzando mi voz en esta sede opinando sobre algunos de los temas que , a mi humilde entender, necesiten hablarse.



Moon


domingo, 28 de junio de 2009

Summer time

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Ya es verano. Por fin han llegado las merecidas vacaciones que tanto ansiabamos y de un día para otro hemos pasado de no poder casi respirar en todo el día a prácticamente poder contar los segundos que pasan tumbados en el sofá. Parece que ahora tenemos tiempo para todo y sin embargo es cuando menos nos cunden los días, pasan las horas y así sin más te encuentras en la cama antes de dormir pensando en lo poco productivo que ha sido tu día.Y es que es verdad, o al menos en mi caso, que uno se organiza mucho mejor cuanto más estresado está y cuando llega el verano los días pasan sin ton ni son y por mucho que queramos aprovechar cada minuto al máximo no llegamos del todo a conseguirlo. A todo esto, además hay que sumarle el calorazo que hace por los madriles, lo que hace insoportable la salida a la calle antes de las siete de la tarde. Y así pasan los días.

Es cierto que entre el calor y la pereza no es que uno tenga muchas ganas de ponerse a reflexionar demasiado en verano, pero llega un momento en que no hay más remedio que ponerse pensar y meditar un poco sobre todo en general. De repente, sin darte apenas cuenta, piensas en todo lo que has dejado atrás, todas las experiencias vividas, las risas, los lloros y anécdotas parecen alejarse dejando paso a otras nuevas. Sin darnos cuenta ha pasado un curso entero y probablemente las personas que lo empezaron ya no sean las mismas que las que se miran ahora al espejo. Quién sabe, ¿realmente habremos madurado? Es probable. Lo que es seguro es que ya no podemos volver a atrás, ya sabéis, hemos vuelto a caer en la misma trampa; el tiempo no perdona. Ahora es tiempo de descanso, tiempo de sol, de fiesta, playa, tiempo de "adiós preocupaciones". Probablemente no vuelva a haber otro verano como este, de hecho es casi seguro, por eso ahora y más que nunca es tiempo de vivir, tiempo de disfrutar; y por supuesto tiempo de aprovechar al máximo todo lo que esta maravillosa vida nos ofrece.





¡Feliz Verano!


Moon

sábado, 27 de junio de 2009

Decíamos ayer... (VIII)

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"La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las verguenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolucion de volverse loca."


Enrique Heine


Moon

jueves, 18 de junio de 2009

Pobre y generoso

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¡Ya he vuelto! Por fin acaba el curso -o lo que es más importante, los exámenes-, así que a partir de ahora retomaré de nuevo el blog que, muy a mi pesar, tan abandonado he dejado durante estas semanas.

Nueva experiencia, nueva entrada. Hoy vengo a contaros lo que me ha pasado esta misma mañana. Pues bien, como todos los años mi colegio ayuda a Cáritas aportando voluntarios para hacer postulado el día de la caridad y este año ha sido mi curso el encargado de dicha labor. Así que allí estaba yo, de uniforme, con mi hucha roja y la clásica sonrisa de cuando te van a pedir algo por la calle y sin siquiera abrir la boca ya estás diciendo "por favor no me ignore, al menos escuche un momento lo que le digo y luego podrá decirme no, gracias o no llevo nada suelto, o cualquier otra excusa que le apetezca". Supongo que entre el uniforme, la pegatina en el polo y mi sonrisa de niña buena, mi educado avasallamiento surtió efecto en la mayoría de los bienandantes. Como siempre una se encuentra de todo, desde la típica ejecutiva agresiva que te suelta un par de monedas para perderte de vista lo más rápido posible, hasta la clásica señora mayor que -no sin hacer un gran esfuerzo- aporta como quien dice los cuatro duros que lleva en el bolso. A lo largo de toda la mañana nos ha dado tiempo de sobra a patearnos media castellana -concretamente desde Nuevos Ministerios hasta Plaza de Cuzco- , a recolectar una buena cantidad de dinero y dicho sea de paso a echarnos unas risas entre los compañeros de clase. Eso sí, hoy hemos podido comprobar cómo la crisis a pesar de todo supera la barrera de la caridad.

En fin, en mi aventura de hoy, y lo que realmente quería contaros, cabe destacar algunos momentos que quisiera poder decir que en un futuro permanezcan en mi memoría. Porque como todos los días, hoy he aparendido algo nuevo, y quizás mucho más valioso que cualquier otra lección que pudiera haber dado en clase. Como ya os he dicho, la verdad es que intentábamos asaltar a todas las personas posibles, sin embargo y como es de entender, dentro del grupo quedaban fuera todos aquellos que estuvieran pidiendo dinero en la calle. Pero ya se sabe que lo que menos se puede uno esperar es lo que al final acaba sucediendo. Ya habíamos acabado nuestro turno y nos dirigíamos al punto de inicio cuando, nada más cruzar, en la esquina de nuestro colegio, un negrito de los que venden la farola nos llama y nos echa dos euros en la hucha roja. Imagínense nuestra sorpresa, acabábamos de ser rechazados por gente con bolsos de marca y el pelo engominado y sin embargo aquel pobre hombre nos había dado, probablemente, la mitad de su recaudación diaria. Y qué quieren que les diga, pero para mí ese gesto significó muchísimo más que cualquier otra donación altamente cuantitativa de las que había recibido antes. Por eso en ese momento me di cuenta de lo increíblemente extraordinario que es el ser humano, y cómo una vez más no deja de sorprenderme.

También cabe decir -que no destacar-, las borderías que hay que aguantar de algunos, por supuesto yo prefiero quedarme con los buenos momentos y qué mejor brocha de oro que ese precioso gesto de aquel desconocido.





Moon




viernes, 5 de junio de 2009

Derecho a la igualdad

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Vivimos en un país avanzado. Un país en el que a los ojos del Estado todos somos iguales -así debería ser para todo el mundo- y da igual seas panadero o catedrático de derecho que ambos van a tener los mismos derechos ante la ley y su voto va a valer lo mismo en los dos casos. Actualmente, podemos decir que tenemos la suerte de vivir en base a un sistema de gobierno democrático y justo. Pero para poder decir hoy esto, cabe recordar toda la transición que ha sufrido el país hasta lograr algo de lo que enorgullecerse. Guerras, dictaduras y otras muchas calamidades que han tenido que sufrir los españoles hasta poder conseguir la representación justa que les había sido negada. Desde entonces la sociedad avanza a una velocidad vertiginosa. En pocos años se ha producido un progreso inigualable al de cientos de años en los que apenas se conseguía proteger los derechos inalienables de toda persona.

Y aquí estamos, en pleno siglo XXI, se supone que en el mundo en el que vivimos algo tan meramente simple como puede ser el hecho de votar en unas elecciones nos parece algo completamente normal, como de hecho debe ser. Sin embargo, es curioso como de repente, en un solo instante, todas esas barreras que habían sido superadas con tanto esfuerzo y sacrificio a lo largo de la historia se imponen de nuevo. No, queridos lectores, no me estoy refiriendo a ninguna dictadura de las que actualmente hay en el mundo, ni hace falta irse muy lejos para ver lo que está pasando. No hace falta porque aquí mismo tenemos un claro ejemplo. Puedo deciros que tengo plena constancia de lo que ahora os voy a contar, en las últimas elecciones generales un musulmán se acercó a votar acompañado de dos mujeres. Como cualquier otro ciudadano -este ya tendría la nacionalidad- se identificó para poder echar su voto. El jefe de mesa, que se hab
ía dado cuenta perfectamente de que las mujeres se habían dedicado exclusivamente a acompañarle, leyó sus nombres al comprobar la identificación del hombre -supongo que los tres tendrían el mismo apellido árabe y estarían seguidos en la lista-. Al darse cuenta de la situación, el jefe de mesa se dispuso a ofrecer a las mujeres sus respectivas papeletas. No tuvo tiempo de hacerlo, mientras les informaba que podían hacer uso de su derecho al voto -en su país probablemente no podrían- el hombre se interpuso entre las receptoras negando el ofrecimiento de las papeletas. Las mujeres, cómo no, agacharon la cabeza y se retiraron dos pasos por detrás del hombre.

Aquel hombre, el jefe de mesa, al percatarse de la situación quiso intentar que aquellas mujeres pudieran ejercer su derecho como cualquier otra persona. Puede que otro ni siquiera lo hubiera intentado. Tal vez la mano que él les tendió no les dio la suficiente fuerza como para rebelarse en aquel momento, sin embargo, y si no existieran personas como él, que no desisten y siguen intentando crear un mundo más justo, hoy no estaríamos donde estamos.

Todavía queda mucho por hacer, pues queda un largo camino hasta que esas mujeres puedan votar tranquilamente sin miedo a nada. Por ello desde aquí os an
imo, como siempre, a que gritéis y os levantéis en momentos de injusticia como este, que seáis vosotros los que tendáis esa mano de ayuda. Porque puede que yo logre ayudar a una sola persona, pero entre todos sí podemos cambiar el mundo.




Moon

jueves, 28 de mayo de 2009

As time goes by

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¡Por fin! Ya estoy de nuevo por aquí. Es una pena que ultimamente apenas actualice, pero ya se sabe que en época de exámenes los jóvenes nos vemos obligados a quitar tiempo de alguna que otra banalidad -no lo digo por el blog como tal, sino por mis escritos banales- si se quiere aprobar en junio.

El curso llega a su fin y como todos los años, los estudiantes de segundo de bachillerato se despiden. Atrás quedan anécdotas, historias, profesores algo pesados y otros recuerdos. Para algunos es su sueño hecho realidad, en otros por el contrario ha renacido un pequeño Peterpan en
su interior que parece no querer irse. Unos salen adultos y maduros, otros sin embargo conservan la rebeldía de la adolescencia. Eso sí, todos llenos de ambiciones y sueños por cumplir. Aunque tengan algo de miedo, al fin y al cabo salen felices, empiezan una nueva etapa en sus respectivas vidas.

En la graduación todos sonríen -no es para menos- mientras yo me pongo a pensar en ellos hace un par de años, cuando tenían mi edad y todavía llevaban uniforme, ¡madre mía cómo pasa el tiempo!. Por un momento siento algo de envidia al verles haber acabado el colegio. Pero qué tonta soy, pienso poco después, -el Peterpan del que os hablaba antes parece haber resurgido también en mí-. Y es que aunque a veces cueste reconocerlo, es en el colegio donde más me río todas las semanas. ¿Acabar ya el colegio? Ni hablar, quién quiere tener más obligaciones o responsabilidades. Yo desde luego no, y me aterrorizo solo de pensar lo poquito que nos queda. Miro el reloj. Madre mia, por un momento me parece que el secundero va más rápido de lo normal y lo peor de todo es que este es de los que no perdona.

Empieza la cuenta atrás. A partir de ahora tenemos que tomar decisiones, escoger caminos, seguir las señales que nos guiarán a nuestra vida futura. Quién sabe dónde estaré yo dentro de diez o quince años, de momento prefiero no pensarlo. Sin embargo, y aunque no nos guste, debemos empezar a pensar qué nos gustaría ser el día de mañana, para poder empezarlo a construir hoy. Algunos tenemos la suerte de tener más que claro lo que queremos estudiar dentro de unos años -y digo algunos refiriendome a una minoría-. Otros ya empiezan a agobiarse, deben elegir y no lo tienen claro, y lo peor de todo es que nadie puede elegir por ellos. No, a partir de ahora somos nosotros solos, personas algo más maduras, los que debemos enfrentarnos a las que serán nuestras primeras decisiones "importantes" en la vida. Y como en toda elección indecisa tenemos miedo. Y yo también tengo mis dudas de vez en cuando, también tengo miedo cuando miro hacia atrás y veo cómo pasa el tiempo, cómo de repente, sin previo aviso, el tren de la madurez llega a estación y nosotros no estamos del todo preparados. Y lo que más me preocupa no es el de hecho madurar precisamente, para eso hay tiempo de sobra, lo que más miedo me da es ver lo mucho que corre ese tiempo. Ver cómo hasta hace dos días jugabamos sin preocupación alguna con otros niños en el parque y de repente nos vemos envueltos en nuestras primeras encrucijadas. Sabiamos que pasaría y sin embargo nos ha pillado de imprevisto. Por eso ahora, al ver todo lo que he corrido en pocos años veo cómo el tren del tiempo me pisa los talones. Siempre se dice lo mismo, ¡hay que ver cómo pasa el tiempo! y creo que hasta hoy no me habia dado cuenta realmente de lo que eso significa.

Miro atrás y pienso en todo lo que he vivido y no quiero crecer, sin embargo luego pienso en todo lo que queda por delante. Y es que todavía falta mucho por recorrer...

Creo que el viaje va para largo, ¿te apuntas?






Moon


viernes, 15 de mayo de 2009

El caballero de Olmedo

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Paseando por las calles de Olmedo es difícil resistirse a imaginar el mismo sitio ambientado por Lope de Vega allá por el siglo XVII. Y es que hace escasos días pude andar y correr por los mismos sitios por los que pasearon -vamos a suponer que hablamos de personajes reales- dos de los personajes más importantes de nuestra literatura. El Siglo de Oro, época de apogeo de la cultura española, nos dejó grandes poetas y personajes ilustres así como maestros del pincel y de la pluma. Y lo más importante de todo, nos dejó grandes historias.

Historias como la de nuestro galán Alonso, caballero de Olmedo, y la preciosa doncella Inés. Oigan que ya lo dice el dicho, lo que mal empieza, mal acaba. Aunque no tiene por qué darse siempre por verdadero, desgraciadamente, esta vez no será la excepción a la regla. Pobre DoñaInés , está destinada a casarse con Don Rodrigo, caballero cobarde y mezquino de los que sacan escudo antes que espada. Sin embargo, es ese mismo destino el que ha querido que se enamore del valiente, este sí caballero de verdad, Don Alonso. Caprichos del destino, ya saben ustedes. Pero qué casualidad, si Don Alonso queda prendado de la misma dama comprometida la primera vez que la ve en la plaza. Y entre rincones y callejuelas, un amor apasionado crece, aunque apenas sin verse, los dos enamorados se envían cartas prometiendo amor eterno. Sin duda alguna lo hubiera sido, nada hubiese podido acabar con él, sin embargo recuerden lo que les dije al principio. Fue la muerte la que truncó sus planes. Muerte injusta y traicionera, que decidió llevarse al caballero a lo alto de los cielos. DoñaInés ya no recibirá más cartas de su amado, tampoco se casará con Don Rodrigo, culpable del delito. Pero qué más dará con quién se case, si su amor se ha fugado, allá mismo querrá ir ella, pues su corazón ya se ha ido unido al del caballero.
Que de noche le mataron
al caballero
la gala de Medina,
la flor de Olmedo.

Y así pasa el tiempo, siglos y siglos que esconden miles de historias como esta, historias de amor, y no un amor vulgar y cualquiera, sino un amor sincero y puro, una fuerza absoluta que hace enloquecer al ser humano como ninguna otra cosa puede hacerlo. El sentimiento más maravilloso que Dios pudo dar al hombre. A saber cuántas doncellas como Inés ha habido a lo largo de la historia, o cuántos caballeros dieron la vida por su razón de vivir. Cuántas historias anónimas, dramas y tragedias, otras sin embargo con finales felices.

Y aquí estoy yo, sentada, esperando cual Julieta a su Romeo. En mi castillo particular, con el pañuelo blanco ondeando por mi ventana, esperando a que mi príncipe escale la gran torre, y tras una larga espera se presente ante mí. De algo estoy segura, cuando llegue, de inmediato sabré si es el verdadero.








Moon

miércoles, 29 de abril de 2009

Presagio

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Hay días en que uno simplemente es feliz, y sin ninguna excusa aparente para serlo. Pero, ¿es necesario tener un excusa para ser feliz? Yo diría que no, aunque la realidad es que uno siempre necesita de algo para serlo. Siempre necesitamos que suceda algo que nos haga sonreír, algo que ansiamos que suceda y parece que mientras ese algo no llegue no lo conseguimos ser del todo. No creo que exista receta alguna para la felicidad. Puede que lo que a mí me haga ser la persona más afortunada del mundo para ti carezca de importancia alguna o simplemente ya lo tengas y no lo sepas valorar. En días como hoy me doy cuenta de cómo se complica la vida el ser humano. Sales a la calle, y ves cómo un maravilloso sol te da los buenos días mientras tú miras al cielo y sonríes sin saber muy bien por qué, no hay nada nuevo, misma calle, mismo barrio, misma gente, tú también eres el mismo, y sin embargo una sensación extraña en tu interior te hace ver las cosas de forma distinta. Te sientes bien sin necesidad de hacer nada especial, simplemente son esos pequeños detalles los que te hacen ser feliz. Mucha gente piensa que sin conseguir todo aquello que anhela no puede ser feliz. De ser así, ninguno lo seríamos. Y es que si pudiéramos conseguirlo todo en esta vida, la cosa hubiera perdido su gracia.

Hoy simplemente iba por la calle y me sentía bien. Y cuando me puse a pensar en qué estarías tú pensando en ese mismo instante, volví a sonreír, con la certeza de que algún día estaré sonriendo junto a ti. Y simplemente pensando en esa pieza que le falta a mi puzle, era feliz.





Moon

sábado, 18 de abril de 2009

Mucho más humanos

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Al igual que hay muchas veces que me avergüenzo de mi propia especie, otras sin embargo hacen que esta me parezca maravillosa. Hoy mismo ha llegado a mis oídos la siguiente historia.

En los últimos juegos olímpicos para discapacitados, también llamados Juegos Paralímpicos, sucedió lo que ahora os voy a contar, algo que, por lo menos a mí me ha emocionado, y a lo que por desgracia no estamos muy acostumbrados hoy en día. Pues bien, como os iba contando, sucedió en una carrera cuyos corredores tenían Síndrome de down. Todos ellos, al igual que cualquier otro corredor habían estado preparando la carrera durante mucho tiempo, con sus duros entrenamientos y todo lo que requiere participar en unas olimpiadas. Entonces llegó el día de la carrera, suena el pistoletazo de salida y todos salen corriendo como nunca antes lo habían hecho y de repente como si de un capricho del destino se tratase, que ya saben que a veces juega muy malas pasadas, una pobre chica tropieza y se cae. Los demás se dan la vuelta para ver qué ha sucedido y en cuanto ven a la chica en el suelo llorando, sin pensarlo ni un segundo, vuelven corriendo hacia ella para ayudarla a levantarse. Todos, sin excepción, tanto el que iba primero como el que ocupaba la última posición dejaron automáticamente la carrera para tenderle la mano a su compañera. Cuando la chica estuvo en pie, todos juntos de la mano, corrieron hacia la meta. Todos ganaron la carrera. En realidad ganaron mucho más que eso, un premio mucho más valioso que el de haber ganado una competición, para el que ni siquiera había medalla o trofeo alguno. Aquel día esos chicos nos dieron una lección, ya no solo de solidaridad sino también de compañerismo e incluso, si lo pensáis más profundamente, una gran lección de vida.




Moon

jueves, 16 de abril de 2009

Decíamos ayer... (VII)

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"Yo pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor, amor por encima de todo. No la artística impostura del amor, sino el amor que es capaz de derrumbar la vida, impetuoso, ingobernable como un ciclón en el corazón ante el que nada se puede, ya te arruine o te embelese. Yo debo sentir ese amor"
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Gwyneth Paltrow






Moon


domingo, 12 de abril de 2009

Día de fútbol

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Hoy es domingo, día de vuelta, las mismas calles que ayer ofrecían aparcamiento sin complicación alguna hoy se encuentran llenas de coches en doble fila. Y aunque habitualmente el hecho de aparcar por mi zona sea misión imposible, los domingos esta tarea tan sencilla se ve perjudicada por un solo culpable: el fútbol. Probablemente para el que no sea aficionado al Real Madrid le resulte un completo incordio, incluso para los madridistas que viven por mi barrio también es un fastidio. Sin embargo, para todos los que nos emocionamos cuando el madrid está en el campo y pegamos un salto cuando, además mete gol, es todo un privilegio vivir cerca del Santiago Bernabéu, más allá de eso, es nuestro Olimpo particular. En días como hoy salir a la calle y encontrar las terrazas llenas de gente con banderas y camisetas es algo a lo que se está acostumbrado. Porque la vidilla del fútbol en la calle no tiene precio, y eso es algo que ninguna plaza de aparcamiento puede comprar.




¡Hala Madrid!

Moon

miércoles, 8 de abril de 2009

Rebelde con causa

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De que estamos en crisis es algo que no le cabe duda a nadie. Por desgracia unos más y otros menos pero todos estamos viviendo la crítica situación en la que se encuentra actualmente nuestro país. Al final va a ser verdad eso de que el gobierno no tiene un duro, y sino, que vengan y me lo digan a mí que ayer mismo fui víctima de una de las muchas estrategias de las que se están valiendo para intentar subsanar, yo diría que en vano, las cuentas del Estado. Para ser más exactos, y por un dichoso billete de metro defectuoso, una multa. Quede constancia que nunca antes me habían puesto ninguna sanción, pero ya se sabe que para todo hay una primera vez en esta vida, y ayer me tocó a mí. Me pilló por completo desprevenida, pero no duró ni medio minuto lo que tardó una encantadora mujer que cumplía con su trabajo (por supuesto) en pedirme el DNI y darme la notificación. Vamos, que la mujer repartía multas como el que reparte galletas por la calle. Lo mejor de todo fue la expresión de su cara mientras intentaba explicarle mi pequeño percance, mi alegato le entró por una oreja tan pronto como le salía de la otra. Ah bueno, eso sí, se dignó a informarme de que podía pagar al instante el importe de la multa. He de reconocer que cuando me lo dijo pensé que me estaba tomando el pelo, y menos mal que no lo dije en voz alta, oigan que todavía faltaba que me denunciara y con lo agradable que era la mujer no hubiera hecho falta mucho. Y qué le dije yo, que nanain, vamos que no pensaba -ni pienso- pagar una multa por un incumplimiento que no he cometido. Después de esto la mujer me dio el papel con suma simpatía y sin siquiera decir adiós se dispuso a buscar al próximo delincuente. Yo por mi parte, pienso recurrir.

Así que ya saben, cuidado con tirar una colilla al suelo, no vaya a ser que empiecen a penalizarlo y tengan que pagar cien veces el precio de su cajetilla, que por algo estamos en crisis. Y si me permiten un último consejo, si tenían pensado saltarse la ley del metro, no lo hagan en la estación de Cuatro Caminos, que ya les digo yo que les pillan fijo, incluso no habiendo hecho nada.






Moon

martes, 31 de marzo de 2009

El precio de la justicia

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Últimamente no sé qué pensar, me desconcierta por completo lo irracional que es el ser humano en ciertos aspectos, sobre todo a la hora de actuar ante la maldad de la acción humana. Asco. Es la única palabra con la que puedo describir lo que siento al leer el periódico o ver los telediarios. Es tal repugnancia la que siento al ver las atrocidades que puede llegar a hacer el ser humano que más de una vez me llevo las manos a la cabeza, avergonzándome de mi propia especie. Es increíble hasta el punto en que estamos llegando, si de por sí ya hemos tocado fondo en numerosas ocasiones a lo largo de la historia, últimamente no parece que nos quedemos cortos, ¡no señor!. Incluso peor, no sólo seguimos usando la violencia como arma ante cualquier problema, sino que además nuestra sociedad se está volviendo cada vez más cínica. A quién querrán engañar, me pregunto yo. No se puede ir de progre defendiendo el aborto, y luego estar en contra de la pena de muerte. Son ideas completamente contradictorias, y sin embargo muy comunes a día de hoy. Tampoco se puede criticar a delincuentes , sin sostener al mismo tiempo una política social que les acoja antes de que actúen de forma violenta. No sirve de nada quejarse si luego no se hace nada para intentar evitarlo. La gente habla y habla, pero solo eso, ni siquiera se preocupa lo más mínimo por defender sus ideas. Y así va el mundo.

Todos los grandes cambios y avances que ha desarrollado la humanidad con el paso del tiempo, han sido el resultado de todos aquellos momentos en los que una persona dijo basta. Hubo un día en que una persona fue consciente de las barbaridades que estaba haciendo el hombre y decidió poner fin a ellas. Hubo un día, en que otra persona se dio cuenta de que era el pueblo el que debía gobernarse a sí mismo y elegir a sus representantes, así como otra decidió actuar contra el racismo o a favor de los derechos de la mujer. Todas esas personas lucharon por conseguir hacer realidad la justicia que mantenían en sus sueños. Sueños que tenían que ser realidad, y que a lo largo de muchos años consiguieron. Nuestra sociedad actual necesita gente así, personas que no solo critiquen todo el mal que nos rodea, sino que además intenten cambiarlo. No podemos progresar con los brazos cruzados, ni sentados en el sofá despotricando contra los políticos, porque todos sabemos que no sirve de nada.

El mundo necesita gente valiente, que sepa defender sus ideas porque estas sean las justas, gente que, dándole igual estar a contracorriente se levante y se haga oír, que grite basta en nombre de todas las injusticias cometidas sin pena alguna. Tiene que haber un momento en que ese alguien se oponga al orden establecido y logre cambiar las leyes. Algún día alguien alzará la voz y dirá hasta aquí hemos llegado. Sí, ese día llegará y poco a poco nacerán más personas que hagan lo mismo y decidan dedicar su vida a ejercer una justicia justa.

Sé, como ya os he dicho antes ese día del que os hablo llegará. Pero hasta entonces me pregunto, ¿cuántas atrocidades más hará el ser humano sin que se haga nada? ¿Cuántas mujeres tendrán que morir para que se imponga una ley dura de violencia de género? ¿Cuántos casos de abuso tendremos que ver en la televisión para que se imponga la cadena perpetua? ¿Cuánta injusticia hará falta para darse cuenta de que hay que cambiar el sistema, si realmente se hace justicia o no? ¿Cuánta gente sufrirá antes de que ese alguien se levante? Esto es lo que más me preocupa, todo lo que puede ocurrir hasta que entonces, todas esas víctimas que padecerán las injusticias de este mundo. Y es que es una pena, que en esta vida todo tenga un precio; y la justicia, también.

Por todo esto, os animo a que, cada uno desde su posición y haciendo uso de sus posibilidades, os levanteis y gritéis todo aquello que veáis injusto. Porque puede que mi voz y la tuya no hagan nada por separado, pero dos siempre valdrán más que una.






Moon

miércoles, 25 de marzo de 2009

Decíamos ayer... (VI)

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"El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto."



Pues nada, habrá que hacer caso al amigo Chaplin, démosle tiempo al tiempo no vaya a ser que la flor se nos marchite antes de lo debido.




Moon

domingo, 15 de marzo de 2009

Por siempre jamás

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A lo largo de la historia, uno de los temas que más ha inspirado a los artistas de todos los tiempos ha sido el amor. Es esa sensación extraña que ha hecho enloquecer a más de uno la que, siglos atrás, sirvió de inspiración a inmumerables escritores, pues todos ellos en su obra han recurrido al mismo tema. Estas creaciones eran una forma de expresar los sentimientos más profundos que sus autores llevaban dentro y pudiera ser que no supieran demasiado bien cómo explicar. La literatura ha sido ese puente entre sus sentimientos y el exterior, y gracias a ella hoy conocemos historias como la de Dante y su amada Beatriz. El amor es algo subjetivo, practicamente imposible de explicar, al menos, los que lo han sentido o tienen la suerte de sentirlo dicen que es algo indescriptible, que tienes que sentirlo para poder comprenderlo. El amor es el único sentimiento que puede llenar por completo a una persona y hacer de ella la más feliz del mundo. Es por esto, por lo que todos hablan de el. Los que no tuvieon la suerte de experimentarlo, describieron su agonía por el afán de encontrar el amor verdadero y aquellos que lo vivieron plasmaron con pluma y tinta esa eufórica y maravillosa sensación que hace feliz hasta al más desgraciado.

Remontándonos a la Edad Media nos encontramos con Petrarca y su querida Laura. Su amor apasionado perduró incluso tras la muerte de su amada. No tuvo ojos para otra mujer, a pesar de que esta estuviera casada él siempre escribió por y para ella, fue su única musa e inspiración, y gracias a la cual escribió su Cancionero. En varias ocasiones los escritores expresan el sinvivir por un amor prohibido, imposible o en muchas ocasiones platónico. Garcilaso, por el contrario, tenía una opinión más optimista al respecto, pensaba que a pesar de que este no fuera correspondido, era una fuerza que ennoblecía al que amaba, y solo por eso lo hacía más feliz. Andando un poco más, nos encontramos a Shakespeare. Probablemente él mismo tuviera una Julieta en su vida, un amor de desenfreno y pasión que daba sentido a su existencia y por cuya ausencia hubiera preferido morir antes que seguir viviendo. Posteriormente llegamos al Romanticismo. Este movimiento podría definirse perfectamente como el cénit de la literatura en este estilo. Todos los escritores románticos nos deleitan con obras que exponen el amor como pasión absoulta, en realidad es mucho más que eso. El amor es lo que da sentido a la vida, puede que lo único sin lo que el ser humano no puede vivir. Por eso no es de extrañar que los grandes escritores recurrieran al mismo tema, cosechando obras como las Rimas de Bécquer. También hubo algunos a quienes les pudo la locura y ese mismo amor que un día les dio la felicidad fue el que posteriormente les quitó su propia vida, véase el caso del pobre Larra. Y aunque no haga falta llevarlo hasta ese extremo, sí que es cierto que, al fin y al cabo, todo lo que importa realmente en esta vida es eso.





De amor vive el hombre. No es que esté científicamente probado, sino que más bien lo está "humanamente". No hay estudio alguno que pueda medir lo importante que es su presencia en nuestras vidas, ni lo hay ahora ni lo habrá nunca, ni siquiera es necesario que exista algo que pruebe lo que ya sentimos, simplemente es eso, amar. Los médicos nunca podrán explicar el porqué de nuestro corazón a mil por hora cuando llevemos por dentro esa sensación extraña y maravillosa de la que todo el mundo habla.


Moon

sábado, 7 de marzo de 2009

You give me something

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Llueve, llueve sin parar. Hay poca gente en la calle, todos corren a resguardarse del frío y la lluvia, sin embargo ahí están los dos. A empezado a llover y como si fuese la cosa más normal del mundo allí están, dando vueltas, bailando bajo la lluvia. Ambos están totalmente empapados y las gotas de agua resbalan por todo su cuerpo. Pero ellos siguen ahí, mojándose, sonriendo dando mil y una vueltas, levantando los brazos y riendo. De repente como si de un imán se tratase, se abrazan, y continúan su baile pegados, en medio de la calle y vuelven a sonreír. Probablemente cualquiera que sea testigo de la situación pensará que son un par de pánfilos algo locos. Es cierto, que el amor no deja cabida alguna a la cordura. En realidad, simplemente son felices.



Abro los ojos y no puedo evitar el crear la imagen, al mirar por la ventanilla del autobús, de sus dos figuras alejándose al fondo, de la mano, sonriendo, simplemente siendo felices. En ese mismo instante mis auriculares reproducen la banda sonora perfecta para el cortometraje:





Moon


martes, 24 de febrero de 2009

Roman Holidays

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¿Quién si no puede enseñarte mejor Roma que Gregory Peck? Siempre que veía Vacaciones en Roma sentía curiosidad por saber cuánto habría cambiado aquella ciudad que tanto ansiaba conocer. Y aunque no pueda hacerlo en compañía de Audrey, cuando pase por la plaza de España no podré evitar el ver, en mi imaginación por supuesto, la imagen de ellos dos montados en Vespa.

Mañana podré recorrer las mismas calles por las que ambos protagonistas pasaron.

Nos vemos en unos días.

¡Arrivederci!




Moon

viernes, 20 de febrero de 2009

Decíamos ayer...(V)

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"La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener."

Gabriel García Márquez






Moon



martes, 17 de febrero de 2009

La estación

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A un lado del andén se encuentra el banco. Ahí está ella, sentada, esperando. Probablemente ni siquiera sepa lo que espera. Pasan trenes y trenes pero ella no se sube, no le gustan o directamente no le apetece, simplemente espera. Pero, ¿a qué? Mientras se lo pregunta siguen pasando más y más trenes, pero ella siente que no debe subirse. Para qué perder tiempo yendo a un sitio al que no quieres ir. Ha decidido esperar, ya llegará piensa ella. De los trenes bajan pasajeros que han llegado a su destino, otros se despiden y suben al vagón, algunos corren para no perderlo, otros están indecisos en subirse o no. Los hay que van de la mano y viajan acompañados, otros van solos, a algunos la vida no les ha dado motivo para sonreír y otros simplemente son felices. Todos ellos pasan delante de ella, y ella les observa con curiosidad. Todos los días ve pasar cientos de personas, algunos la miran, otros incluso la sonríen, para otros pasa directamente inadvertida y los hay que hasta se sientan a hablar. Cientos de personas, cientos de vidas pasan alrededor suyo pero ninguna es a la que ella tanto espera. A pesar de todo ella sigue allí, sentada, con las piernas cruzadas, esperando. Aunque sea mucho el tiempo que lleva esperando, su corazón sigue alterándose con el mínimo ruido de un tren cercano. A veces piensa que tal vez no llegue nunca, puede que el tren que estaba esperando hubiera partido sin ella. No quiere ni pensarlo. De repente otra duda cruza su mente, ¿cómo sabré si es él? Quizás ya se hayan cruzado alguna vez sin darse cuenta de quiénes eran. Si es así, ¿le volverá a ver? Mientras tanto ella espera. Es mejor no darle vueltas. Sigue sentada. No sabe cuánto tiempo lleva en la estación, pero la verdad es que no le importa, después de tanto tiempo esperando no tiene la menor intención de marcharse. Aunque haya momentos de desesperanza ella sigue allí. Y es entonces cuando por fin aparece. Esta vez su corazón da un vuelco previniendo la llegada del tren. Tras haberse parado, delante de ella, se abre la puerta del vagón. Tan sólo dos pasos les separan. Él se acerca a ella, le coge la mano, una sola sonrisa. Una mirada, un pequeño gesto que no es nada, y lo es todo. Todavía recuerdo sus siluetas alejarse de aquella estación, de la mano, sin mediar palabra, simplemente sonriendo. Probablemente no se hayan soltado jamás.

Guardaré mi corazón para el tuyo.





Moon

PD: Al final el tren llegó.


sábado, 14 de febrero de 2009

Ahí fuera hay alguien para ti...

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De otra cosa no, pero de esto estoy totalmente segura. Ahí fuera hay alguien para ti, para mí, para todos. Puede que aún no os hayáis encontrado, que no hayas buscado donde debías, puede que estés demasiado preocupado por encontrar a esa persona, que te sientas solo, que todavía no sea tu momento. Tal vez hayas tirado la toalla y creas que no hay nadie pensado para ti, que más que el destino, uno que vive ahí arriba tiene un plan diferente al que tú mismo habías pensado. Queridos lectores, siento deciros que el amor llega sin previo aviso, no llama a la puerta y tampoco nos pregunta si es el momento oportuno. Simplemente llega. Tarde o temprano, cuando menos te lo esperes entrará en tu corazón y te hará sentir la persona más feliz del mundo. Algo tan simple y que el ser humano se empeña en complicar. Amor. Lo más bonito del mundo.

"Según una antigua leyenda griega, Zeus, rey de los dioses olímpicos, decidió hacer del ser humano una raza más débil, por lo que partió a cada persona en dos partes. El hombre quedó cortado en dos, pero resultó que estas partes se anhelaban mutuamente y no podían vivir la una sin la otra, sentían la necesidad de tener que estar juntos. Fue a partir de entonces cuando estas decidieron volver con sus homólogas, deseando volver a fundirse en un solo ser".

En San Valentín todos esos corazones que han dado por finalizada su búsqueda celebr
an ese sentimiento que tanto los une. Los habrá que no sientan nada y formen parte de un teatrillo absurdo celebrando este día. Para otros puede que sea un día especial y lo festejen locamente enamorados. También los hay que aun habiendo encontrado a esa persona, crean que su amor debe celebrarse todos los días y no solamente una vez al año. Y es que es cierto, que no solo hay que mandar flores cuando lo diga el calendario. Cualquier día es bueno, para darle una sorpresa a la persona por la que vives, así sin más, sin ningún motivo aparente. Porque qué mejor motivo puede haber que amar a una persona.

Y para todos los que todavía no sentís mariposas en el estómago, todos aquellos que hoy no tengan nada que celebrar, salir fuera y disfrutar de la vida, no lo busquéis, sólo entonces lograréis encontrarlo. Tiempo al tiempo, que ya llegará...





Moon




domingo, 8 de febrero de 2009

Utopía

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Hay días que dan mucho que pensar, hoy ha debido ser uno de esos días para mí. No me preguntéis porqué, no sabría contestaros, la inspiración viene a la par que se va. El caso es que de repente, me ha venido una especie de flash. De hecho no sé ni cómo he llegado a ponerme a pensar en ello, simplemente estaba leyendo y por un momento he dejado de estar en mi habitación para sumergirme por completo en las blancas nubes. Y es que cuando uno se pone a reflexionar llega a conclusiones que ni el mismo hubiera podido creer que entendería.

Pues bien, como ya sabéis, la vida es un largo camino, y nosotros somos sus peregrinos. Básicamente es eso. Caminamos, tropezamos, nos levantamos, volvemos a caer, a veces andamos y otras tenemos prisa, en incluso hay momentos en que nuestro camino se bifurca y nos quedamos parados sin saber cuál de ellos debemos coger. Hay gente que camina, sin más, sin saber siquiera cual es su destino, a dónde quiere ir. En realidad ninguno sabemos qué nos deparará el destino, pero siempre andamos en dirección a algún sitio en concreto. Todos tenemos sueños, ilusiones, objetivos y planes de futuro, es por ellos por los que seguimos en pie caminando por el largo sendero de nuestra vida. Pero llega un momento en que uno se pregunta, si realmente sabe hacia donde se dirije, si tal vez ese destino que tiene en mente es verdaderamente la felicidad. ¿Cómo podemos saberlo? Siento no poder responderos, solo vosotros mismos conseguiréis la respuesta llegando a el. Y ese destino puede ser muy distinto deprendiendo de la persona. Las hay que tienen suerte y encuentran a otra cuyo rumbo es el mismo y con quien caminan el resto de su vida. Llamémoslo utopía. Sí, ese mismo sitio al que todos queremos llegar, por el que nos tenemos en pie todos los días, por el que luchamos codo con codo, ése mismo, nuestro destino, la felicidad. Los hay que pasan toda su vida viajando, buscando desesperados esa dirección que les lleve por fin a su propia utopía, la que llevan buscando sin descanso alguno durante largo tiempo. Pobres. He de reconocer que no quisiera que me pasara lo mismo. No quiero que llegue un día en que mire atrás y me de cuenta de todo el tiempo perdido en buscar algo que tal vez no llegue nunca. Quiero que dentro de unos años, cuando ya haya viajado un poco más a lo largo de mi vida, me de la vuelta y sonría al ver las huellas de mis pasos. Huellas llenas de momentos, alegrías, personas, sueños realizados, que superen con creces a los malos, porque es inevitable que no los haya. No quiero que pase, que al darme la vuelta vea que no he disfrutado todo lo posible de la vida por haberme preocupado de llegar a ese sitio, esa utopía que todos quieren alcanzar. Queridos lectores, la felicidad no es un destino, sino un estilo de vida. Esa utopía que muchos anhelan no existe -al menos en esta vida-, y aunque todos tenemos sueños que nos mantienen en pie, podemos hacer perfectamente compatible luchar por ellos y ser felices. Os aseguro que son las cosas más simples las que hacen a uno sentirse mejor. Porque a veces la felicidad es lo más simple del mundo, y somos nosotros los que nos empeñamos en complicarla.

Así que mañana, aunque sea lunes y tengas que madrugar, levántate y sonríele a la vida, sal y simplemente sé feliz.





Moon



lunes, 2 de febrero de 2009

El tesoro escondido

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Hoy en día, en general, la imagen lo es todo. Vivimos en un mundo donde el superficialismo predomina sobre cualquier otro valor. Y se suponde que debería ser al contrario, de hecho estoy segura de que si preguntamos, la mayoría de la gente dirá que, por supuesto, son mucho más importantes los sentimientos de una persona que su aspecto físico. Pero cuánta hipocresía hay por el mundo. Lo peor es que la gente se lo acaba creyendo, pero a la hora de la verdad la imagen es lo que, por desgracia, más se valora en una persona. En el mundo hay de todo, y al final uno acaba chocando con todo el mundo. Vale que habrá momentos en que nuestro sexto sentido se agudice y nuestros prejuicios concuerden a la perfección con esa persona, pero también habrá veces que nos equivoquemos y juzguemos sin derecho alguno a hacerlo. Todo esto está muy bien decirlo, pero no es exactamente de lo que hoy quería hablaros.

Como ya os decía, vivimos en un mundo en el que solo importa el escaparate que ofrezcas al exterior. La gente se preocupa más por cómo se les pueda ver de cara a la galería que por mostrar sus verdaderos sentimientos. No son ellos mismos, intentan aparentar algo que no son, dándole imporatncia a lo más insignificante de todo y quitándola de lo primordial. Y es que hay una cosa llamada belleza interior, que es lo que realmente merece la pena conocer de una persona. Porque siempre va a haber altos y bajos, gordos y flacos, rubios y morenos, siempre vas a poder encontrar de todo, pero no vas a encontrar más de una persona especial. Ese alguien especial te querrá por quién eres y no por cómo eres por fuera. Porque llegará un día en que la encuentres, y ella te querrá tal y como eres. Eso es realmente lo único que importa, que te quiera. Alguien que adore tus virtudes y acepte tus defectos, alguien a quien le de igual la cantidad de maquillaje que te pongas o el número de horas que vayas al gimnasio. Habrá alguien al que le guste esa imperfección de la que tú siempre te avergüenzas, y para la que seas la persona más guapa del mundo. Sí, ese alguien habrá entrado en tu corazón, y habrá sabido apreciar ese tesoro que llevas dentro.

Como siempre digo, la espera valdrá la pena...






Moon

viernes, 23 de enero de 2009

Impossible is nothing

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Todos queremos ser felices, al fin y al cabo esa es la meta que buscamos las personas, simplemente eso, ser felices . Para algunos esa felicidad estará compuesta de lujo y dinero, para otros de humildad y pequeños placeres de la vida -en mi opinión, los más valiosos-, la felicidad para cada uno es diferente pero todos tenemos objetivos que alcanzar. Y para poder alcanzarla tenemos proyectos, ilusiones, sueños que que mantienen viva la llama de la esperanza en nuestras vidas.

Según vayamos alcanzando nuestras metas, buscaremos otras más altas, las cuales nos llevarán a la felicidad anhelada, y así sucesivamente, un sueño tras otro. Pero llegará un día en el que tal vez no nos queden fuerzas para seguir, un día en que nuestro combustible se acabe y debamos para a repostar fuerzas. Ese día llegará, es inevitable que nos sintamos cansados, sin ganas, viendo nuestra meta mucho más lejos que las anteriores que nos habíamos propuesto. Llega un momento en que uno pierde la fe en uno mismo y esa llama que antes ardía con tanta fogosidad, se nos apaga poco a poco. Pues bien, dicho esto, yo hoy os pienso repetir eso que ya habéis oído tantas veces: Querer es poder. A muchos les parecerá una tontería, pero es la pura realidad. Cuando estéis estancados en una situación así, cuando creáis que no vais a poder hacer nada por alcanzar la meta, que todo está perdido, y por mucho que queráis conseguir ese sueño el listón está muy alto, tendréis dos opciones. Podéis quedaros quietos, darle al botón de stop y dejar de concursar, abandonar, dejar escapar ese sueño, pero también podéis ir tras el. Si quieres algo, ¿por qué no te lanzas a por ello? En ese momento deberéis luchar por conseguirlo, deberéis ir tras el cueste lo que cueste, sabed que con esfuerzo, constancia y confianza en uno mismo no importa lo difícil que sea llegar a la meta. Deberéis ir a por todas, nada ni nadie deberá frenaros de ser felices. Tal vez os estéis preguntando, ¿y si no lo consigo?, ¿y si al final pierdo la lucha? y ahora yo os pregunto, ¿vas a quedarte con la duda? Como dice una gran canción "but if you´ll never try, you´ll never know", lo que viene a ser, si no lo intentas, nunca sabrás si lo pudiste conseguir. Sí, es verdad, tal vez no alcancemos la meta, pero ¿perdemos algo intentándolo? No más de lo que podemos ganar.

Así que lo único que me gustaría que os llevarais de esto, es tener bien presente que sea lo que sea que os propongáis en la vida, ya sea tema estudios, laboral, o simplemente un sueño que tengáis por ahí escondido y al que nunca creísteis dar vida, podéis conseguirlo, solo hace falta ir tras ello.






Moon

viernes, 16 de enero de 2009

El hombre que huía del amor

No había alcanzado los once años y apenas quedaba algún rastro de infancia dentro de mí. Ya no era un niño, la muerte de mi madre junto con otras desgracias me habían arrebatado ese derecho. Nunca podría volver a serlo, aunque quisiera. Ver cómo la guerra había destruído mi familia y nos obligaba a mi padre y a mí a huir de nuestra casa, nuestro hogar, había marcado una herida profunda que nunca creí que podría superar. Nada volvió a ser lo mismo. El exilio y el hambre fueron los encargados de acabar con mi padre pocos años después. De repente me vi solo en el mundo. Solo, sin nadie a quien amar ni nadie que me amara. ¿Qué sentido tenía vivir? ¿Acaso podía arriesgarme a volver a encontrar el amor en alguien? Cualquier tipo de amor, cualquier persona, ¿sería capaz de volver a sentir tanto dolor? La respuesta es no. No iba a permitirlo. Desde entonces me prometí a mí mismo que jamás volvería a amar. Nunca dejaría que se repitiera la historia, no estaba dispuesto a volver a sufrir perdiendo a nadie. Ese día hice un pacto con mi corazón y conmigo mismo. Juré con sangre que lo cumpliría y así viví y pasaron los años.

Pero entonces apareció. Corría el verano de mil novecientos cuarenta y cinco, yo disfrutaba de un permiso en el ejército francés y había salido a celebrarlo con mis camaradas. Recuerdo con perfecto detalle todo lo que sucedió. Apenas unos minutos, menos, tal vez unos instantes, pero fueron los más largos de toda mi vida. Entonces apareció ella. En el momento en que la vi al otro lado del paseo mi corazón dió un salto. Nuestras miradas se encontraron al tiempo que caminábamos. Cuando nos cruzamos sentí un imán que me ardía por dentro y me incitaba a unirme a ella. Ambos seguimos nuestros caminos con nuestros respectivos grupos, pero no pude evitar la necesidad de darme la vuelta y volver a mirarla, ¡era tan hermosa!. Como ya temía ella hizo lo mismo, y cuando ya nos separaba una gran distancia decidió acortarla. Un impulso la hizo darse la vuelta y empezó andar hacia mí. Sonreía a la vez que empezó a correr, segura de querer llegar a mis brazos. No podía ser. Lo reconocí de inmediato, era el amor que había vuelto a elegirme, estaba llamando a mi puerta. Pobre de mí, yo que había echado el cerrojo y había prometido no quitarlo nunca, parece ser que alguien no pensaba lo mismo. ¡Pero válgame el cielo!¡Cuán caprichoso es el destino! Ahí estaba yo, enfrentándome en la decisión más importante de mi vida. La chica estaba a punto de alcanzarme mientras mi razón luchaba por irse de allí. No sé por qué lo hice, en ese momento el sufrimiento pudo echarse a un lado y dejar hablar a mi corazón que ansiaba manifestarse. Entonces, sin pensarlo, sin más, eché a correr. Corrí y corrí hasta perderme por las calles de París. Por qué lo había hecho, por qué no quise ser feliz, por qué había huído del amor.

Han pasado ya muchos años y todavía sigo pensando en lo que ocurrió. Y aquí estoy, viejo y solo, sin ser amado y sin nadie a quien amar, he cumplido mi promesa y sin embargo una sensación extraña me priva del sueño. Fui yo quien decidió apartar el amor de mi vida. Fui yo quien decidió ser infeliz por no sufrir. ¿Acaso no he sufrido por ello? ¡Al diablo mi promesa! Lástima que sea demasiado tarde. A veces pienso en cómo habrá sido su vida, tal vez ahora mismo este rodeada de nietos y me olvidara la misma noche que nos vimos, tal vez ella sea feliz. Puedo llevar sobre mi conciencia el hecho de haber perdido la oportunidad de mi vida -quizás no-, pero lo que no podría soportar es saber que ella había acabado igual que yo. Saber que tal vez yo pude haber cambiado ese final, podía no haber sido nada pero también podía haber sido todo. Si es así, tal vez ahora estaríamos juntos, arrastrando una vida feliz tras nosotros.






Moon

jueves, 8 de enero de 2009

Dura realidad



"Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, lo que hace falta es transformarlo"

Martin Luther King


Después de las trágicas noticias que nos llegan de tantos conflictos bélicos mundiales, yo me pregunto: ¿Por qué si se supone que a nadie le gusta la guerra no se hace nada para impedirla? No sirve de nada hablar a favor de la paz si esta no se intenta conseguir. Hasta que esto suceda, tendremos que seguir viendo las terroríficas imágenes que nos han llegado estos días.



Moon

lunes, 5 de enero de 2009

La noche mágica

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Esta noche es La Noche. Sí, por fin están aquí. Dentro de unas horas los nervios que ya se han apoderado de mi cuerpo se axaltarán aún más para no dejarme dormir ni siquiera un poquito en toda la noche. Da igual que me acueste a la hora de Los Lunnis, que haya evitado la coca-cola y el café en todo el día, que me tome un colacao que me ayude a dormir o incluso veinte valerianas. No, esta noche nada ni nadie podrán impedir mi insomnio. Porque mientras yo esté en mi cama dando veinte mil vueltas, cambiando de postura otras cien mil veces, y contando probablemente todas las ovejitas habidas y por haber en el mundo entero, tres personajillos entrarán en mi salón dispuestos a dejar un trocito de su magia.

No podré dormirme porque estaré pendiente del mínimo ruidito que llegue a mi oído, de la rayita de luz que se cuele en mi cuarto por debajo de la puerta, y también estaré pendiente de despertar -en caso de que se duerma- a mi querida hermana pequeña que hoy dormirá en mi cuarto. Mañana, no sé qué hora será la apropiada para levantarme, o más bien dicho no sé cuánto podré aguantar en la cama, contando cada segundo que pasa para poder despertar a la casa entera, hasta el perro sabe que hoy es un día especial.

Pero para todo eso todavía faltan unas horas. Antes está la cabalgata. Como todos los años iré con la misma ilusión a recibir a sus majestades como una niña más. Y antes de acostarme más pronto que de costumbre, dejaré preparado en el salón tres vasos de leche, turrón y agua para lo
s camellos.

Espero que vosotros viváis con la misma ilusión la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar y que os traigan todas las cosas que les habéis pedido.





Moon