lunes, 2 de febrero de 2009

El tesoro escondido

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Hoy en día, en general, la imagen lo es todo. Vivimos en un mundo donde el superficialismo predomina sobre cualquier otro valor. Y se suponde que debería ser al contrario, de hecho estoy segura de que si preguntamos, la mayoría de la gente dirá que, por supuesto, son mucho más importantes los sentimientos de una persona que su aspecto físico. Pero cuánta hipocresía hay por el mundo. Lo peor es que la gente se lo acaba creyendo, pero a la hora de la verdad la imagen es lo que, por desgracia, más se valora en una persona. En el mundo hay de todo, y al final uno acaba chocando con todo el mundo. Vale que habrá momentos en que nuestro sexto sentido se agudice y nuestros prejuicios concuerden a la perfección con esa persona, pero también habrá veces que nos equivoquemos y juzguemos sin derecho alguno a hacerlo. Todo esto está muy bien decirlo, pero no es exactamente de lo que hoy quería hablaros.

Como ya os decía, vivimos en un mundo en el que solo importa el escaparate que ofrezcas al exterior. La gente se preocupa más por cómo se les pueda ver de cara a la galería que por mostrar sus verdaderos sentimientos. No son ellos mismos, intentan aparentar algo que no son, dándole imporatncia a lo más insignificante de todo y quitándola de lo primordial. Y es que hay una cosa llamada belleza interior, que es lo que realmente merece la pena conocer de una persona. Porque siempre va a haber altos y bajos, gordos y flacos, rubios y morenos, siempre vas a poder encontrar de todo, pero no vas a encontrar más de una persona especial. Ese alguien especial te querrá por quién eres y no por cómo eres por fuera. Porque llegará un día en que la encuentres, y ella te querrá tal y como eres. Eso es realmente lo único que importa, que te quiera. Alguien que adore tus virtudes y acepte tus defectos, alguien a quien le de igual la cantidad de maquillaje que te pongas o el número de horas que vayas al gimnasio. Habrá alguien al que le guste esa imperfección de la que tú siempre te avergüenzas, y para la que seas la persona más guapa del mundo. Sí, ese alguien habrá entrado en tu corazón, y habrá sabido apreciar ese tesoro que llevas dentro.

Como siempre digo, la espera valdrá la pena...






Moon

3 comentarios:

Unknown dijo...

Por desgracia, ser superficial está de moda. Y si ves a un bellezón con un feo, ten por seguro que el amor es hacia su cartera. A esto se le llamará prejuzgar, pero es una verdad como un templo.

Alonee dijo...

...buenos días, Moon:
alguien dijo (no recuerdo ahora quien) algo así como que "te admirarán por tus virtudes, pero sólo se enamoraran de ti por tus defectos"

bonita entrada,llena de esperanza...

saludos

Laureta dijo...

Hola MOON!!!

La verdad es que esto es una de esas cosas en las que siempre he cabilado más de la cuenta. Por muchas cosas, y porqué si. Yo soy de esas que últimamente sobretodo, me veo con una mala carta exteriormente... Ciertamente, nunca me había pasado, y aunque no soy nada del otro mundo, siempre había estado bien conmigo misma. Ahora eso a cambiado, y creo que me estoy destrozando a mi misma.

Pero no es de eso de lo que tu hablabas. Supongo que hay que empezar a verse bien uno mismo, para que los demás también lo vean. Yo nunca he juzgado a nadie por sus apariencias. Porque en muchos, he encontrado verdaderas almas. Aunque también me he equivocado muchas veces. Y también hay bellezones con un interior aplastante.

Y completamente, estoy de acuerdo con Alonee.

Y dejo mi frase, que creo que puede definir bien tu entrada:

"Para todo hay una segunda oportunidad, menos para dar una primera impresión" Y muchas veces, esa es la que queda.

Un beso, Moon!