viernes, 31 de octubre de 2008

En busca de la felicidad

Ahí fuera hay alguien. Estoy segura, tiene que haber alguien. Puede que él se esté preguntando lo mismo en este momento, que también me esté buscando. Tengo grandes esperanzas de que así sea. Tiene que haber alguien pensado para mí, que me entienda, que me comprenda, que me quiera, que sepa aceptarme tal y como soy. Alguien con quien poder compartirlo todo, mis mejores momentos, mis ilusiones, sueños, pensamientos. Alguien que me conozca, vea mis defectos y aun así me diga "te quiero". Todos mi sueños podrían reducirse a uno solo, no me importa nada más, simplemente que algún día alguien me dijera esas dos palabras. Cómo esas dos palabras pueden cambiarlo todo, cómo dos sencillas palabras van tan llenas de sentimiento que cuando llegan a nuestro interior nos da un vuelco el corazón y sentimos mariposas en el estómago. En ese momento lo demás dará igual, qué importa que el mundo se desmorone a nuestro alrededor, si mi mundo ya está completo, por fin habré encontrado la pieza que me faltaba. Por fin habré sabido lo que es el amor.

Pero hasta entonces aquí estoy, escribiendo lo que siento, sé que tengo la suerte de contar con gente a la que le puedo contar todo, pero es tan difícil de explicar cómo me siento, creo que ni aquí lo sé plasmar bien. En momentos como este siento un vacío interior que no sé cómo llenar, no hay sucedáneo alguno que pueda ocupar dicho lugar. Ni palabras capaces de describir tales sentimientos.

Hoy estoy sola, caminando en un viaje rumbo a la felicidad, de momento sin poder compartirlo contigo.




Moon

miércoles, 29 de octubre de 2008

Perdida por Madrid

Tras mis últimos fracasos en la elección de libros, he decidido apuntarme a una biblioteca para leer los que no me acaben de atraer demasiado y si no me gustan me ahorro comprarlos. Así que esta tarde me dispuse a comprobar por mí misma cómo eran en realidad las bibliotecas que tan solo había visto en las películas.

Estaba yo en avanzado proceso de congelación sentada en la parada, cuando por fin llegó el autobús. Al entrar, enseguida noté el cambio del clima acogedor que llenaba el vehículo (no sé yo muy bien si tacharlo de cálido u olor a humanidad). Aun así, yo estaba contenta, tengo que decir que me gusta mucho ir en autobús por Madrid, así que me senté a disfrutar de las vistas de las calles de la capital. Iba con los auriculares puestos, era como si llevara la banda sonora de una escena en la que había gente de lo más dispar. Ejecutivos con trajes y cara de cansancio, un par de chicas jóvenes, el clásico matrimonio castizo, otros dos hombres que parecían no conocerse de nada charlaban tranquilamente y hasta el conductor había hecho migas con otro estudiante. Tras bajarme en la parada de la calle del General Martínez Campos, subí la calle hasta llegar a la plaza del pintor Sorolla, allí fue donde empecé a perderme. Mi primer instinto fue el de bajar la calle Santa Engracia, juraría que iba por el buen camino. Pero no solo no era así, sino que la calle no la conocía ni el tato, no sé a cuántas personas llegué a preguntar, pero ninguna de las que vivían por la zona la habían oído en su vida. Antes de bajar más de lo que ya había adelantado me decidí a llamar por teléfono a la biblioteca para que me indicaran cómo llegar desde donde estaba.Qué patético. ¡Incluso a ellos les costó indicarme! Resulta que iba en dirección contraria. Cuando por fin llegué, no sé por qué me impresioné, ¿acaso esperaba encontrarme una biblioteca como la de Hogwarts? En sí, el sitio no fue lo que más me sorprendió, pero he de reconocer que esperaba encontrar un lugar con ambiente de estudio y lo que había allí no era precisamente eso. Nada más entrar fui a pedir información. Ahí estaba yo, con toda mi ilusión, mi mejor sonrisa y la voz más amable que pude sacar preguntándole a la bibliotecaria. Menos mal que dijo algo... se limitó a decir "primera planta" sin apenas inmutarse. Tal vez otro día pueda robarle una leve sonrisa, quién sabe. Subo al primer piso y una chica, dentro de lo que cabe agradable, me dice que necesito el permiso de mis padres por ser menor de edad. ¡Si sólo quería sacar un libro! En fin, después de eso emprendí mi viaje de vuelta. Supongo que me pasará lo de siempre, me haré el carné y luego no iré nunca, o quizá sí. Por lo menos es una excusa perfecta para darme una vuelta de vez en cuando.


Moon

lunes, 27 de octubre de 2008

¡Qué bello es vivir!

La mayoría del tiempo nos pasa, no nos damos cuenta de lo afortunados que somos. Estamos más pendientes de quejarnos de todo aquello que no tenemos que de agradecer todo lo demás. Y es una forma de amargarse absurda, la verdad. Nadie ha dicho que no podamos conseguir aquello que no tenemos. Al contrario, la vida nos da una oportunidad cada segundo que pasa para hacer realidad nuestros sueños (claro que depende de lo dispuestos que estemos para cumplirlos). En nuestras manos está el alcanzar nuestras metas. (Bueno, y en las del que está arriba.) De hecho esa es la gracia del asunto, el poder realizar esos sueños, proyectos e ilusiones que hacen que nuestra existencia tenga un sentido.

Y mientras tanto hay que saber disfrutar de lo que ya tenemos, que a veces se nos olvida que poseemos incluso más de lo que nos merecemos. No estoy hablando de bienes materiales, sino de cosas que son tan simples, que ni si quiera las sabemos apreciar. Reír, saltar, correr, gritar, aprender, leer, crecer, querer, pasear, cantar, bailar, amar, pasear, abrazar, soñar despierto, andar sin rumbo, ver el atardecer en verano, mojarse con la lluvia, escuchar música, ir al cine, sentir el viento sobre la piel, respirar un soplo de aire fresco............En definitiva, VIVIR.

No es nada del otro mundo, de estas cosas podemos disfrutar todos, esos pequeños placeres que la vida nos regala y muchas veces olvidamos lo felices que nos hacen, por lo menos a mí. Vale, también hay muchas cosas que anhelo tener, aunque todas se pueden resumir en una, pero por el momento me conformo con lo que tengo y más adelante, las conseguiré (si Dios quiere). De momento no desperdiciemos ni un solo instante de esta vida que tanto tiene que ofrecernos.

¡¡A vivir se ha dicho!!




Moon

viernes, 24 de octubre de 2008

Decíamos ayer... (II)


"Amor significa colocar la propia felicidad en la felicidad de los otros."

Pierre Teilhard de Chardin

miércoles, 22 de octubre de 2008

Singing in the rain


Hoy mientras estaba en clase me he distraído mirando por la ventana. Llovía, y mucho. Lo primero que he pensado ha sido cómo me hubiera gustado estar allí fuera. Empapándome, riéndome, cantando mi canción favorita y dando vueltas sin parar....... Hubiera sido la persona más feliz del mundo solo por haber hecho esa estupidez. Durante un momento mi parte racional pensó que probablemente cogería un resfriado, vale, pero ¿y qué?. ¿Qué vale un resfriado comparado con ser feliz? Nada de nada. Rápidamente me quité la idea de mi cabeza y seguí metida en mi imagen bailando bajo la lluvia. Sonreí. Seguramente el que haya sido testigo de esto se pensaría si estaba en la clase solo de cuerpo presente. Realmente era así. (Conste que no me suelo distraer en clase, normalmente soy muy formalita.) Mi letargo acabó en cuanto le hicieron una pregunta a mi compañera de al lado y tuve que enterarme del asunto por si esta rebotaba en mí. A la salida, al volver a casa me dieron ganas de escenificar mi sueño en plena calle. Pero claro, en cuanto vuelves a la realidad y ves que estás rodeada de gente que probablemente piensen que estás loca en cuanto lo hagas te lo piensas un momento. Volví a sonreír escenificando la escena en mi mente de todos con caras raras. No me importaba que se pensaran que estuviera loca, pero hay que reconocer que era un comportamiento propio de alguien poco cuerdo. Y como aunque no os lo creáis no estoy en absoluto mal de la cabeza.... me contuve.

Por lo menos sentía las gotas de la suave lluvia sobre mi rostro. Me estaba calando, pero me sentí feliz y volví a sonreír. =)

No me gusta el frío, ni me gustan las lluvias torrenciales, pero los días de lluvia me parecen una estampa preciosa para ir con esa persona especial caminando juntos, abrazados, debajo de un paraguas. (o sin el)

De momento me conformo con cantar bajo la lluvia, ojala algún día pueda protagonizar yo esta escena.



Moon

PD: ¿Por qué siempre acabo pensando en lo mismo?

domingo, 19 de octubre de 2008

¿El fin justifica los medios?


"Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen."


Willy Brandt


Creo que esta frase me puede ayudar a explicar lo que quiero tratar hoy. No quiero meterme demasiado en el tema porque, aunque más madura, no dejo de ser una niñata todavía y no tengo mucha experiencia en la vida como para hablar de temas tan importantes. Simplemente es que me gustaría saber la opinión de la gente sobre el caso y de paso comentar mi humilde opinión.

La Legislación de Reproducción Asistida de Mayo de 2006 contempla la posibilidad de seleccionar embriones para conseguir el nacimiento de un bebé que permita salvar a su hermano enfermo. Recientemente están saliendo más casos de este tipo, y todo el mundo está opinando si moralmente se debe hacer o no. Tengo que decir primero de todo que yo no soy madre, pero puedo aseguraros ya que si algún día tengo un hijo y está a punto de morirse haré lo que sea con tal de salvarlo.

El punto de vista de la Iglesia en este tema era de esperar, obviamente no están de acuerdo. El fin no justifica los medios, eso es lo que argumentan ante el rechazo de salvar una vida. Bien, como ya he dicho en entradas anteriores, yo soy católica , y me interesa bastante su opinión. Todos estamos de acuerdo en que no se puede dejar morir a nadie, pero el problema viene cuando para poder evitarlo hay que desempeñar otras acciones no tan moralmente aceptadas. Para llevar a cabo dicho procedimiento, se fecundan varios embriones y se escoge el que es compatible con el hermano desechando los demás. Es el mismo sistema que la fecundación in vitro, pero el motivo de esta última es bastante distinto.



La verdad, yo no pienso como Maquiavelo ("El fin justifica los medios") pero como todo en esta vida hay excepciones. Y creo que en esta ocasión merece ser una de ellas. No estamos hablando de manipular genéticamente para elegir los ojos de nuestro niño (cosa que me parece bastante incoherente), sino de salvar una vida.

Pero volviendo al hilo del asunto, la cita que os he puesto al principio era para intentar "explicar" (o por lo menos desde mi punto de vista) la reacción de la Iglesia. En este tipo de casos siempre se muestra tajante e indiscutible. Lo que yo entiendo de su reacción (que no estoy del todo de acuerdo) es que si se abre la posibilidad de consentir cualquier caso de manipulación genética, en seguida van a aprovechar el coladero para aplicarlo a otras situaciones ya no tan éticas. En ese aspecto sí que lo entiendo, en parte.

Pero si de algo estoy segura es de que al que tenga que sufrir un trance así y se vea obligado a actuar como no lo haría en otra situación, Dios le comprenderá y no creo que le guarde ningún rencor.

Bueno solo quería exponer un tema que creo importante. Me gustaría que participárais y compartiéramos opiniones.

Moon

PD: Sé que tal vez no me he expresado del modo correcto, pero creo que todos entendemos más o menos este tema.

martes, 14 de octubre de 2008

Soledad


El otro día me puse a hacer el típico test del tuenti (que me sacan de quicio), pero como no tenía nada más interesante que hacer me puse a contestar a las preguntas. Después de responder a varias estupideces salto a la siguiente y leo ¿a qué le tienes miedo?. Yo estaba un poco atolondrada pero esa pregunta me hizo pensar, y lo que me faltaba a mí era eso, que me dieran cuerda. En fin, lo único que puse fue "prefiero no pensarlo", típica respuesta para eludir la pregunta. Pero no fue así, para mi desgracia en seguida reflexiono sobre cosas que, a mi edad no deberían de importarme. (Por lo menos no les importan a la mayoría). Pero como yo en estas cosas soy algo especialita pues nada, antes de pasar a la siguiente pregunta ya estaba rondándome la cabeza la idea de mis miedos.

Soledad.

Esa fue la conclusión que saqué después de pensarlo. La verdad es que hoy por hoy a lo que más temo es a la idea de poder quedarme sola. Y no entiendo muy bien por qué, ahora mismo estoy rodeada de gente, no me puedo quejar de mis amigos y mucho menos de mi familia, entonces por qué. Enseguida llegué a donde siempre acabo, aunque no me sienta sola, echo en falta a la única persona que realmente creo necesitar. No digo que sea la más importante en mi vida, pero sí una pieza clave que yo todavía no he encontrado y lo que es peor y me hace tener miedo es no encontrarla jamás. A eso tengo miedo, a no encontrar lo que más quiero. Tal vez la soledad sea estar rodeado de personas y echar de menos a la que falta.

De repente me sentí vacía, como si me faltara algo. Quién sabe si algún día encontraré esa parte de mí que tiene alguien. En fin, que no parezca que me deprimí, no. Pensar en estas cosas siendo tan joven te da bastantes esperanzas, me queda toda la vida por delante para encajar mi pieza.

Aun así prefiero no pensarlo, que seguro que si lo pienso más me saldrán más cosas....

Moon


martes, 7 de octubre de 2008

Decíamos ayer...


"La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante."

Paulo Coelho





PD: No hay mucho que comentar, esta frase habla por si sola.





sábado, 4 de octubre de 2008

Domingos de antaño


Hoy es domingo, mi plan para esta tarde, estudiar, estudiar y estudiar. Esta mañana ya he ido a misa así que ya no tengo que salir. Miro hacia atrás y recuerdo cómo eran los domingos cuando yo era pequeña.
Tendría unos 6 años más o menos, me acuerdo que casi todos los domingos mi tía nos llevaba a ver museos. La verdad es que a base de eso aprendí bastante sobre arte, pintores importantes, obras maestras, etcétera.

Mi tía nos recogía temprano, cogíamos el 14 o el 27 en el Paseo de la Castellana y la atravesábamos hasta el Paseo de Recoletos, donde están el Thyssen y el Prado. Cada domingo íbamos a uno distinto, nos veíamos todas las exposiciones de la temporada y así nos fuimos familiarizando con la cultura y el ambiente madrileño. A la salida del museo, nos llevaba a comer fuera. Era divertidísimo. Gracias a eso, ahora sé varias rutas de tapeo por Madrid, jeje. El bocadillo de calamares de El brillante, las tostas de La dolores (detrás del hotel Palace), las tascas alrededor de Sol. Tengo que decir que me encantaba, yo era una enana a la que le gustaba ir a los sitios de los mayores. Así fue como conocí poco a poco la gran ciudad, mi ciudad, y a la que tengo gran cariño. Me encanta Madrid, y el simple hecho de pasear por la Castellana me parece un lujo. Rincones, calles, avenidas, plazas, fuentes, preciosos edificios... Lo tiene todo. Vale, no deja de tener los agobios de una gran metrópoli, pero aun así, me sigue gustando.

Todo esto hizo que los domingos se convirtiesen en mi día favorito, supongo que en parte por ese bonito recuerdo me siguen gustando.

Pero ya no son lo mismo que entonces, cuando no tenía deberes ni exámenes que estudiar. Ahora en eso se basan mis domingos, en incar los codos y sino, en descansar en casa con mi familia después de salir el sábado.

En fin, vaya nostalgia la que me ha venido de repente. Aquellos domingos de antaño....

Y pensar que fue ayer...



Un beso,

Moon.

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Tú también te has enamorado de Edward Cullen?



No hará más de un año llegó una amiga mía al patio entusiasmada por contarnos el libro que había descubierto ese fin de semana. Dijo que se llamaba Crepúsculo, y que era un libro de amor entre vampiros. Buah, ¿vampiros? rápidamente lo descarté. Aparte de Harry Potter suelo ser muy especialita para libros fantásticos por lo que no quise saber más de el. Pero basta que no me interesara para que esas mismas navidades me lo trajeran los reyes "me lo han recomendado en la librería, ¡está entre los más vendidos!" se excusó mi querida tía. Bueno, probemoslo entonces, pensé yo. Recuerdo que me costó empezarlo y la mala fama que le había hecho al libro hizo que el primer capítulo me resultara incluso algo aburrido. Pero en contra de mis prejuicios, en seguida me sumergí en tan apasionante historia y lo acabé a los tres días. No me lo podía creer, simplemente me encantó. Yo me esperaba algo parecido a Drácula y lo que me encontré fue a un vampiro elegante y romántico, educado y que por supuesto no se dedicaba a matar a jovencitas. No tardé mucho en hacerme con la trilogía entera, he de reconocer que la historia me fascinó por completo. Más bien, lo que he de reconocer es que lo que más me fascinó fue su protagonista, Edward. Pero y ¡¿a qué chica no?! estoy segura que todas las que nos hemos leído el libro y hemos vivido esta intensa historia de amor nos hemos sentido identifiadas con la protagonista y, para qué negarlo, la hemos envidiado con todas nuestras fuerzas por tener al chico perfecto. Probablemente la gente al ver un ejemplar en las estanterías o escaparates de las librerías -que están repletos de ellos- piense lo mismo que pensé yo al principio: otra típica novela para adolescentes, supongo que al fin y al cabo es eso, será que soy adolescente.

No sé hasta qué punto me ha llegado a gustar la saga. Creo que nunca había estado pendiente de la publicación de un libro, pero para todo hay una primera vez. Y la mía será el día ocho de octubre, cuando por fin salga el cuarto y último libro de Stephenie Meyer: Amanecer. Hoy al pasar de mes en el calendario ha sido cuando me he dado cuenta de lo poco que falta, y allí estaré yo el mismo día ocho leyendo hasta las tantas de la noche el tan esperado final.

Es una historia surrealista, vale, en eso estamos completamente de acuerdo, pero hasta yo he querido que existieran los vampiros si es verdad que estos pueden ser como los describe la autora.

Recomiendo su lectura a todo el mundo, niños, mayores, chic@s y a todo el que le gusten las historias de amor.




Moon