sábado, 15 de noviembre de 2008

Sonrían, por favor.

Hace un día precioso, sales a la calle con tu mejor sonrisa, respiras profundamente, miras al cielo y simplemente eres feliz. Es un día normal y corriente, no pasa nada especial, pero estás alegre. Empiezas a caminar y te encuentras al portero del edificio de al lado, tan agradable como siempre, que te pregunta cómo estas y, a quién no, te saca una sonrisa todavía más grande que la que ya tenías. Vas por la calle y algunos te miran pensando extrañados "¿y a esta qué le pasa?". Otros sin embargo hasta te sonríen dejándose contagiar por tu encanto. Entonces piensas en todas esas personas, todas esas vidas que hay más allá de lo que tú has visto por la calle. Tal vez ellos también sean felices y por eso se unan a tu positivismo con entusiasmo, o por el contrario hayan tenido un mal día y no sean capaces de curvar las comisuras de sus labios en un intento leve de gesto alegre. Aun así tú sigues sonriendo mientras caminas hasta llegar a tu destino. Y entonces ese mismo destino decide que te cruces con alguien que, mira tú por dónde, pobrecillo pero no es su día. En seguida te percatas de la negatividad que irradia a su alrededor e intentas mostrarte lo más amable posible para no empeorar lo que, según se veía, debía ser un bad day de los grandes. Y tras terminar con vuestro "pequeño encuentro" tú sigues con tu vida y él con la suya. Tú sigues con tu sonrisa, aunque algo reducida, y él probablemente con su desdicha. Pero es inevitable que empieces a pensar qué es lo que le podía haber pasado al señor que, de una manera u otra, te ha bajado el ánimo con el que has salido de casa. Y en eso mismo estaba pensando yo cuando, mientras regresaba, miré hacia el cielo contemplando la hermosa luna que resplandecía en medio del capote negro. Y volví a sonreír, aunque esta vez pensando, que probablemente ese señor no se diera cuenta de lo bonita que estaba la luna esa noche.


Es increíble cómo sin quererlo, nos vemos afectados en cierto modo por el humor de los demás. Puedo entender que uno tenga un mal día, también yo tengo días inaguantables como todo el mundo. Pero aborrezco a la gente que directamente es antipática de por sí, y encima te transmite ese pesimismo por todo sin ninguna excusa decente. Si no tienes un motivo concreto por el que estar triste, si el mundo no se ha confabulado contra ti, entonces sé feliz.

Porque no hace falta nada especial para ser feliz, no hace falta nada especial para sonreír.


Porque una sonrisa no cuesta nada, porque una sonrisa puede cambiar el mundo, MI mundo.


Así que, sonrían por favor. =)


Moon


Pd: No sé si alguien más se ha dado cuenta de la impresionante luna llena que se ha asomado en las últimas noches.


3 comentarios:

Daniel Hermosel Murcia dijo...

:D

Amyr Khan dijo...

hehhe si la luna estaba preciosa estos dias... me di cuenta al caminar por un camino de noche, y solo la luna iluminaba el camino.
aixx mi vida no es muy feliz, pero si, siempre se ha de intentar sonreir.

xauu

Anónimo dijo...

moon ideal la foto
solo tu te fihjas en la luna de madrid! q detallista!! me encantaa!!