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No puede ser. Con tanto ajetreo y tanta fiesta ya no sé ni el día en el que vivo. Bueno sí, sé perfectamente que hoy es día dos porque antes de ayer fue nochevieja, pero no me refiero a eso. Hoy me he dado cuenta de lo poco que queda para volver otra vez a la rutina. Tengo que reconocer que me he quedado horrorizada al pensar que la semana que viene empiezo las clases. Y en realidad no es eso lo que más me preocupa, lo que de verdad me entristece es ver que, como ya temía que pasara, se acaba la Navidad. Ya se empiezan a quitar los adornos y las luces que hace apenas unos días embellecían Madrid con una magia especial. La gente vuelve de nuevo a sus hábitos de vida. Otra vez el trabajo, las obligaciones, los deberes... todo vuelve a la normalidad después de un alto en el camino. Se acaban las reuniones familiares, los villancicos, las tarjetas y las felicitaciones. Es una pena. Pero no desesperéis, esto no ha acabado todavía. En efecto, aún falta Reyes. Menos mal porque yo ya empezaba a estresarme. Reyes. Todavía faltan las compras, la cabalgata, la noche sin poder dormir, la ilusión de por la mañana, el roscón. Vale, ya estoy más tranquila y sobre todo, más contenta.
Ya tengo mi carta lista, a falta de echarla al buzón, aunque creo que esto último no hará falta. Hace dos días, mientras la escribía, no pude evitar que me invadiera la nostalgia. Recuerdo cuando de pequeña iba a entregarle mi carta a los reyes en persona, me sentía la niña más afortunada del mundo por poder verles y hacerme una foto con ellos -de hecho todavía las guardo-. Recuerdo que desde que la escribía, contaba los días que quedaban para la visita de sus majestades. Y ahora no va a ser menos, hasta entonces no creo que se me vuelva a olvidar el día en que vivo.
Creo que hubo alguna vez que al principio de la carta puse que quería salud, paz y amor para todos. Sí eso está muy bien, siempre lo pido, pero es un poco absurdo engañarme, no sólo a mí misma, sino a tres que ya conocéis. Que los reyes son magos pero no tontos. Y la verdad es que me resultó complicado, creo que pido más cosas a lo largo del año que en Reyes. Cosas de la vida. Tampoco quiero pedir por pedir, así que este año mi carta es bastante normalita.
Yo, este año, les pedido a los Reyes un bolso, un par de DVDs -El diario de Noa y Orgullo y prejuicio-, complementos, algún libro y ropa, o lo que es lo mismo, dinero para las rebajas. La verdad es que nada en concreto. Siempre he preferido que me regalen sorpresas, los mejores regalos que yo recuerdo de mi infancia siempre han sido los únicos que no había pedido y me traían de forma inesperada. Así pues, espero verme sorprendida de nuevo este año.
Moon
2 comentarios:
si fueran magos, concederían esa paz a todos.
Yo les he pedido un aumento de sueldo, pero me parece que me van a traer carbon, la verdad es que no he sido muy bueno.
Pero esperare con la ilusion de la infancia.
Besos y SUERTE
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