martes, 24 de febrero de 2009

Roman Holidays

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¿Quién si no puede enseñarte mejor Roma que Gregory Peck? Siempre que veía Vacaciones en Roma sentía curiosidad por saber cuánto habría cambiado aquella ciudad que tanto ansiaba conocer. Y aunque no pueda hacerlo en compañía de Audrey, cuando pase por la plaza de España no podré evitar el ver, en mi imaginación por supuesto, la imagen de ellos dos montados en Vespa.

Mañana podré recorrer las mismas calles por las que ambos protagonistas pasaron.

Nos vemos en unos días.

¡Arrivederci!




Moon

viernes, 20 de febrero de 2009

Decíamos ayer...(V)

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"La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener."

Gabriel García Márquez






Moon



martes, 17 de febrero de 2009

La estación

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A un lado del andén se encuentra el banco. Ahí está ella, sentada, esperando. Probablemente ni siquiera sepa lo que espera. Pasan trenes y trenes pero ella no se sube, no le gustan o directamente no le apetece, simplemente espera. Pero, ¿a qué? Mientras se lo pregunta siguen pasando más y más trenes, pero ella siente que no debe subirse. Para qué perder tiempo yendo a un sitio al que no quieres ir. Ha decidido esperar, ya llegará piensa ella. De los trenes bajan pasajeros que han llegado a su destino, otros se despiden y suben al vagón, algunos corren para no perderlo, otros están indecisos en subirse o no. Los hay que van de la mano y viajan acompañados, otros van solos, a algunos la vida no les ha dado motivo para sonreír y otros simplemente son felices. Todos ellos pasan delante de ella, y ella les observa con curiosidad. Todos los días ve pasar cientos de personas, algunos la miran, otros incluso la sonríen, para otros pasa directamente inadvertida y los hay que hasta se sientan a hablar. Cientos de personas, cientos de vidas pasan alrededor suyo pero ninguna es a la que ella tanto espera. A pesar de todo ella sigue allí, sentada, con las piernas cruzadas, esperando. Aunque sea mucho el tiempo que lleva esperando, su corazón sigue alterándose con el mínimo ruido de un tren cercano. A veces piensa que tal vez no llegue nunca, puede que el tren que estaba esperando hubiera partido sin ella. No quiere ni pensarlo. De repente otra duda cruza su mente, ¿cómo sabré si es él? Quizás ya se hayan cruzado alguna vez sin darse cuenta de quiénes eran. Si es así, ¿le volverá a ver? Mientras tanto ella espera. Es mejor no darle vueltas. Sigue sentada. No sabe cuánto tiempo lleva en la estación, pero la verdad es que no le importa, después de tanto tiempo esperando no tiene la menor intención de marcharse. Aunque haya momentos de desesperanza ella sigue allí. Y es entonces cuando por fin aparece. Esta vez su corazón da un vuelco previniendo la llegada del tren. Tras haberse parado, delante de ella, se abre la puerta del vagón. Tan sólo dos pasos les separan. Él se acerca a ella, le coge la mano, una sola sonrisa. Una mirada, un pequeño gesto que no es nada, y lo es todo. Todavía recuerdo sus siluetas alejarse de aquella estación, de la mano, sin mediar palabra, simplemente sonriendo. Probablemente no se hayan soltado jamás.

Guardaré mi corazón para el tuyo.





Moon

PD: Al final el tren llegó.


sábado, 14 de febrero de 2009

Ahí fuera hay alguien para ti...

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De otra cosa no, pero de esto estoy totalmente segura. Ahí fuera hay alguien para ti, para mí, para todos. Puede que aún no os hayáis encontrado, que no hayas buscado donde debías, puede que estés demasiado preocupado por encontrar a esa persona, que te sientas solo, que todavía no sea tu momento. Tal vez hayas tirado la toalla y creas que no hay nadie pensado para ti, que más que el destino, uno que vive ahí arriba tiene un plan diferente al que tú mismo habías pensado. Queridos lectores, siento deciros que el amor llega sin previo aviso, no llama a la puerta y tampoco nos pregunta si es el momento oportuno. Simplemente llega. Tarde o temprano, cuando menos te lo esperes entrará en tu corazón y te hará sentir la persona más feliz del mundo. Algo tan simple y que el ser humano se empeña en complicar. Amor. Lo más bonito del mundo.

"Según una antigua leyenda griega, Zeus, rey de los dioses olímpicos, decidió hacer del ser humano una raza más débil, por lo que partió a cada persona en dos partes. El hombre quedó cortado en dos, pero resultó que estas partes se anhelaban mutuamente y no podían vivir la una sin la otra, sentían la necesidad de tener que estar juntos. Fue a partir de entonces cuando estas decidieron volver con sus homólogas, deseando volver a fundirse en un solo ser".

En San Valentín todos esos corazones que han dado por finalizada su búsqueda celebr
an ese sentimiento que tanto los une. Los habrá que no sientan nada y formen parte de un teatrillo absurdo celebrando este día. Para otros puede que sea un día especial y lo festejen locamente enamorados. También los hay que aun habiendo encontrado a esa persona, crean que su amor debe celebrarse todos los días y no solamente una vez al año. Y es que es cierto, que no solo hay que mandar flores cuando lo diga el calendario. Cualquier día es bueno, para darle una sorpresa a la persona por la que vives, así sin más, sin ningún motivo aparente. Porque qué mejor motivo puede haber que amar a una persona.

Y para todos los que todavía no sentís mariposas en el estómago, todos aquellos que hoy no tengan nada que celebrar, salir fuera y disfrutar de la vida, no lo busquéis, sólo entonces lograréis encontrarlo. Tiempo al tiempo, que ya llegará...





Moon




domingo, 8 de febrero de 2009

Utopía

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Hay días que dan mucho que pensar, hoy ha debido ser uno de esos días para mí. No me preguntéis porqué, no sabría contestaros, la inspiración viene a la par que se va. El caso es que de repente, me ha venido una especie de flash. De hecho no sé ni cómo he llegado a ponerme a pensar en ello, simplemente estaba leyendo y por un momento he dejado de estar en mi habitación para sumergirme por completo en las blancas nubes. Y es que cuando uno se pone a reflexionar llega a conclusiones que ni el mismo hubiera podido creer que entendería.

Pues bien, como ya sabéis, la vida es un largo camino, y nosotros somos sus peregrinos. Básicamente es eso. Caminamos, tropezamos, nos levantamos, volvemos a caer, a veces andamos y otras tenemos prisa, en incluso hay momentos en que nuestro camino se bifurca y nos quedamos parados sin saber cuál de ellos debemos coger. Hay gente que camina, sin más, sin saber siquiera cual es su destino, a dónde quiere ir. En realidad ninguno sabemos qué nos deparará el destino, pero siempre andamos en dirección a algún sitio en concreto. Todos tenemos sueños, ilusiones, objetivos y planes de futuro, es por ellos por los que seguimos en pie caminando por el largo sendero de nuestra vida. Pero llega un momento en que uno se pregunta, si realmente sabe hacia donde se dirije, si tal vez ese destino que tiene en mente es verdaderamente la felicidad. ¿Cómo podemos saberlo? Siento no poder responderos, solo vosotros mismos conseguiréis la respuesta llegando a el. Y ese destino puede ser muy distinto deprendiendo de la persona. Las hay que tienen suerte y encuentran a otra cuyo rumbo es el mismo y con quien caminan el resto de su vida. Llamémoslo utopía. Sí, ese mismo sitio al que todos queremos llegar, por el que nos tenemos en pie todos los días, por el que luchamos codo con codo, ése mismo, nuestro destino, la felicidad. Los hay que pasan toda su vida viajando, buscando desesperados esa dirección que les lleve por fin a su propia utopía, la que llevan buscando sin descanso alguno durante largo tiempo. Pobres. He de reconocer que no quisiera que me pasara lo mismo. No quiero que llegue un día en que mire atrás y me de cuenta de todo el tiempo perdido en buscar algo que tal vez no llegue nunca. Quiero que dentro de unos años, cuando ya haya viajado un poco más a lo largo de mi vida, me de la vuelta y sonría al ver las huellas de mis pasos. Huellas llenas de momentos, alegrías, personas, sueños realizados, que superen con creces a los malos, porque es inevitable que no los haya. No quiero que pase, que al darme la vuelta vea que no he disfrutado todo lo posible de la vida por haberme preocupado de llegar a ese sitio, esa utopía que todos quieren alcanzar. Queridos lectores, la felicidad no es un destino, sino un estilo de vida. Esa utopía que muchos anhelan no existe -al menos en esta vida-, y aunque todos tenemos sueños que nos mantienen en pie, podemos hacer perfectamente compatible luchar por ellos y ser felices. Os aseguro que son las cosas más simples las que hacen a uno sentirse mejor. Porque a veces la felicidad es lo más simple del mundo, y somos nosotros los que nos empeñamos en complicarla.

Así que mañana, aunque sea lunes y tengas que madrugar, levántate y sonríele a la vida, sal y simplemente sé feliz.





Moon



lunes, 2 de febrero de 2009

El tesoro escondido

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Hoy en día, en general, la imagen lo es todo. Vivimos en un mundo donde el superficialismo predomina sobre cualquier otro valor. Y se suponde que debería ser al contrario, de hecho estoy segura de que si preguntamos, la mayoría de la gente dirá que, por supuesto, son mucho más importantes los sentimientos de una persona que su aspecto físico. Pero cuánta hipocresía hay por el mundo. Lo peor es que la gente se lo acaba creyendo, pero a la hora de la verdad la imagen es lo que, por desgracia, más se valora en una persona. En el mundo hay de todo, y al final uno acaba chocando con todo el mundo. Vale que habrá momentos en que nuestro sexto sentido se agudice y nuestros prejuicios concuerden a la perfección con esa persona, pero también habrá veces que nos equivoquemos y juzguemos sin derecho alguno a hacerlo. Todo esto está muy bien decirlo, pero no es exactamente de lo que hoy quería hablaros.

Como ya os decía, vivimos en un mundo en el que solo importa el escaparate que ofrezcas al exterior. La gente se preocupa más por cómo se les pueda ver de cara a la galería que por mostrar sus verdaderos sentimientos. No son ellos mismos, intentan aparentar algo que no son, dándole imporatncia a lo más insignificante de todo y quitándola de lo primordial. Y es que hay una cosa llamada belleza interior, que es lo que realmente merece la pena conocer de una persona. Porque siempre va a haber altos y bajos, gordos y flacos, rubios y morenos, siempre vas a poder encontrar de todo, pero no vas a encontrar más de una persona especial. Ese alguien especial te querrá por quién eres y no por cómo eres por fuera. Porque llegará un día en que la encuentres, y ella te querrá tal y como eres. Eso es realmente lo único que importa, que te quiera. Alguien que adore tus virtudes y acepte tus defectos, alguien a quien le de igual la cantidad de maquillaje que te pongas o el número de horas que vayas al gimnasio. Habrá alguien al que le guste esa imperfección de la que tú siempre te avergüenzas, y para la que seas la persona más guapa del mundo. Sí, ese alguien habrá entrado en tu corazón, y habrá sabido apreciar ese tesoro que llevas dentro.

Como siempre digo, la espera valdrá la pena...






Moon